Esta película, es la segunda parte de Ong Bak. Pero que sea la segunda parte, no significa que siga con la historia (como pasa en Destino final), ni tampoco tiene que ser otro capítulo en la vida de Ting; sino que puede ser otra historia contada por el mismo personaje, pero sin nada que ver con la película anterior. Y esto es lo que pasa con esta secuela.

No es que sea una buena película (que no lo es); pero si tiene algo de esencia de su primera parte. Esas peleas de Ting, en las que no se despeina, esa forma de pegar, esa forma de actuar y sobre todo el motivo que le mueve a hacerlo, es un motivo importante para é, que leghasta el alma.

Si no hubiese visto la primera parte, diría que es una basura, pero si aprecias a Ting como persona, y valoras el arte que tiene repartiendo “leña”, entonces, te gustaría algo más.