Un proyecto de película que se quedó en un buen reparto, una historia atractiva, unos buenos responsables de fotografía, y una banda sonora que no acaba de estar mal.
Todas esas buenas intenciones debieron quedarse en agua de borrajas, ya que con un arranque prometedor, la cinta entra en una dinámica de estancamiento verdaderamente insoportable. A las paranoias de los “viajes astrales” se le puede sacar mucho más partido, desde luego.
La verdad es que a la media hora empecé a comparar la película con el capítulo de Los Simpsons en el que Homer se pasa con el picante en una feria y empieza a delirar con el chacal que le conduce a la pirámide y tal. Y si, acaba siendo mejor el capítulo de Los Simpsons.