Tras una angustia tipo colegial que se hace pis de la emoción antes de la excursión de fín de curso el momento ha llegado. Cinco capítulos me he dado para hacer esta crítica y no caer en el arrebato del primer momento y ya ven, le doy un tres y va que chuta.
Magistralmente rodada, mejor interpretada- Mikkelsen es con diferencia de las mayores sorpresas que nos ha dado la tele en los últimos años, pero terriblemente aburrida, la precuela de una saga de la que soy no fan, sino más allá, es una tremenda decepción.
La trama no acaba de cuajar, y se centra EXAGERADAMENTE en el aburrido, soso e insustancial personaje de Will, personificado en un blandengue Hugh Dancy, dejando la apabullante interpretación del brillante "protagonista" en un segundo plano.
Casquería de lujo, jugueteos caníbales con cuerpos ensartados en astas de ciervo, criadores de setas en cuerpos semienterrados y niñas medio psicópatas podrían sonar a delicatessen absoluta que hiciera saltar la baba de un aficcionado al terror y al gore como yo, si no fuera porque Dancy, Fishburne y la lerda psiquiatra inexpresiva hacen que los párpados pesen y la modorra te contagie hasta el momento casi sacrílego de quedarse sopa entre asesinatos.
Una pena, la verdad.
Lo mejor: Mikkelsen logra que casi nos olvidemos de Hopkins, lo que parecía el mayor y casi único reto de la serie.
Lo peor: Todo lo demás está de más.
Y claro, compartiendo parrilla con algo tan espectacularmente bueno como Bates Motel las comparaciones son inevitables. Mucho derroche técnico, filtro y musiquita pero un coñazo de tomo y lomo.
Venga, destrócenme...