Si ya la primera temporada me pareció soberbia e innovadora, totalmente distinta en su manera de aterrar y más que efectiva No End House, no sólo no se queda corta, sino que es absolutamente escalofriante. El acceso a una de esas casas del terror que tanto se ponen de moda en los USA este mes, en la que hay seis habitaciones a cual más agobiante y chunga de nuestras dos protas con dos chicos, el colega de toda la vida y uno recién conocido en un bar, se enturbia cuando lejos de haber salido de la casa se encuentran en una realidad paralela donde los "caníbales" se alimentan de las qualias, las experiencias humanas individuales y los recuerdos.
Todo lo anterior jugando con la atractiva y enfermiza idea de poder encontrarte con tus seres queridos muertos tal y como los recuerdas.
No decae ni un solo segundo, tensión máxima y por qué no reconocerlo, miedo del bueno.
Yo he tenido dos días pesadillas de las chungas.

Recomendada en especial en V.O.