El nuevo largometraje de DC abre la lata de un nuevo universo en el que el protagonista, la estrella adolescente Asher Angel y el actor Zachary Levi, son Shazam, un chico de catorce años que se convierte en un superhéroe cuando pronuncia la palabra clave.

Las cualidades de los dioses griegos y romanos que así consigue, sin embargo, obviamente no son fáciles de dominar ni de emular. Y ese es el enganche del film alrededor de la que gira tanto la moraleja como la comedia. Un superhéroe joven y novato es una mina de humor a explotar, aporta cierta novedad a lo que hemos visto hasta ahora y es una genial parodia del género con estos personajes de capa brillantes y repeinados. De lo mejor que nos deja ¡Shazam! son las escenas de él mismo con el personaje de Jack Dylan Grazer, quien con su frescura y naturalidad llega hasta a ensombrecer a Billy Batson.

Un inicio un tanto confuso y de cartón piedra, temas míticos y pop –en exceso– y en general, la voluntad de contar demasiado, hacen que la película afloje, pero no como para resentirse de ello. Es una apuesta original y entretenida que siembra continuidad con su final y su escena post-créditos.

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