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Voto de Revista Contraste:
3
Drama Jacques es un escritor que vive en París. Todavía no ha cumplido 40 años pero cree que lo mejor de la vida está por llegar. Arthur es un estudiante que vive en la Bretaña francesa. Lee, sonríe mucho y se niega a aceptar que hay algo imposible en la vida. Jacques y Arthur se gustan y viven como si estuvieran en un sueño romántico o en una historia triste. (FILMAFFINITY)
6 de mayo de 2019
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Christophe Honoré es un director y escritor, con incursiones en cierto activismo político, al que siempre se le mira con Jacques Demy en el horizonte.

En Vivir deprisa, amar despacio, aunque enraizada en el contexto independiente francés, no abandona el cine narrativo mientras relata, más bien, un estado existencial muy localizado: la vida (llena de idas y vueltas) de un intelectual gay en horas bajas en los años 90.

La explosión y extensión del SIDA, la incapacidad de mantener lazos estables (ni siquiera atender con normalidad a su hijo), el consumo de drogas, la instrumentalización caprichosa del otro y la construcción de las relaciones en el deseo y en lo más sensorial sumen el film en una tristeza de hedonista fracaso, absolutamente congruente con el final propuesto.

Lo efímero y fugaz se apresa hasta de los pasajes más esteticistas, verborreicos-filosófico-culturales y nostálgicos, que solo se justifican por el contexto homosexual que domina y que acaba provocando una gran distancia.

www.contraste.info
Revista Contraste
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