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España España · Poniente de Mallorca
Voto de psmelbr:
7
Fantástico. Drama Tras la separación de sus padres, Connor (Lewis MacDougall), un chico de 12 años, tendrá que ocuparse de llevar las riendas de la casa, pues su madre (Felicity Jones) está enferma de cáncer. Así las cosas, el niño intentará superar sus miedos y fobias con la ayuda de un monstruo (Liam Neeson), pero sus fantasías tendrán que enfrentarse no sólo con la realidad, sino con su fría y calculadora abuela (Sigourney Weaver). Con este nuevo ... [+]
3 de noviembre de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quedé "sorprendido" al comprobar a gran parte del público llorando cuando las luces rompieron la intimidad de la sala. Me he convertido en un ser insensible, pensé, tengo un corazón de mármol, o quizás mi edad madura irremediablemente se resguarda del dolor como acto reflejo en el descenso de lo que queda por vivir. Diría que la película está francamente bien, gracias a un equilibrado elenco de actores en el que destacan el niño Lewis Macdougall como la imagen ideal de un niño que ya no es tan niño en los albores de la madurez, por momentos lizando en la locura, la angelical Felicity Jones como la joven madre que se va apagando, digna en un papel que sostiene toda su fuerza y entereza, hasta el último suspiro. Y qué decir de la camaleónica Sigourney Weaver, afrontando un papel tan intenso y serio, aportando el equilibrio en toda la trama.

En la parte animada destaca el tejo vetusto y sabio, al amparo de una voz profunda, directa, desgarradora en lo íntimo y anunciadora de un final previsible, destructivo. Es la voz de Liam Neeson, evidentemente la de su doblador, que bien merece un pequeño agradecimiento. En líneas generales, todo el conjunto, la música, el tono gris imperante reflejan la tristeza y el abuso de ella, cuanto más se acentúa con el acoso escolar hacia un niño que sufre encerrado en su agobiante mundo. Quizás ese abuso de la tristeza, esa ausencia de luz brillante, esa insistencia en recalcar el nefasto final, esas notas musicales anunciadoras y la lentitud de algunos fragmentos han perseguido con demasiada agresividad la vulnerabilidad de la mente del espectador. Y de esa apreciación, de ese abuso surgen las resistencias de algunos espectadores que valoran la película con un miserable 3, 2, 4, notas que no son, ni por asomo, el reflejo de ésta, una buena película.

Podríamos decir, que si esta película se valora con un 2, 3, 4, eso es "respetable", e incluso puede reflejar el sentimiento de adaptación, la asimilación ya superada del espectador que lidia cada día con las consecuencias de la muerte, el farmacéutico que dispensa mórficos cada vez más potentes a una persona que pierde su vitalidad día tras día, especialistas oncólogos que buscan y prueban nuevos tratamientos, o un hábil bombero que tiene que liberar a esa persona que seguramente morirá aplastado entre un amasijo de metales candentes...Y sí, la película es sensible, muy sensible, e incluso persigue serlo, persigue impactar, pero lo consigue mostrando con naturalidad la pérdida, el amor madre-hijo, las ausencias venideras, la soledad y el miedo, y ahí, frente a la inseguridad de ese niño que aún no es hombre, la trama abarca el extenso abanico de su dolor. Porque yo me pregunto: ¿Qué esperaban algunos de esta película? ¿Una fiesta?
psmelbr
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