Si por algo es digno de verse este filme es por observar como los ejecutivos de las Corporaciones, tipos el que más y el que menos con un doctorado o título avanzado, tienen unas tragaderas tan grandes ante la Injusticia que intelectualmente se tragan todo lo que le echen, hasta una bomba que le pueda estallar en sus propios intestinos. Así, los dos protagonistas principales de este filme, los satíricos y valientes que se hacen llaman "The Yes Men", llegan a colarse en una reunión internacional en Finlandia y anunciar-promocionar delante de un variado número de ejecutivos y representantes de empresas de comercio, un nuevo invento cabrón, un "Traje Gerencial Deportivo", una prenda dorada para que la vistan los gerentes de las Corporaciones y a través de este uniforme puedan controlar y esclavizar aún más a sus empleados; pues bien, los ejecutivos que asisten a dicha reunión se quedan igual, NO REACCIONAN, nadie protesta, nadie tiene nada que objetar, ni siquiera hay uno solo que plantee alguna pregunta al respecto, simplemente APLAUDEN y TRAGAN.

Documental con agallas, de tipos dedicados a bromear-soliviantar, que se han propuesto como misión social el hacer de moscas cojoneras que pican rabiosamente en los cojones de las grandes Corporaciones Mundiales, en Instituciones o Grupos de Poder cuya razón de ser no es otra que ganar dinero, grandes cantidades de dinero, a base de imponer canallescas mecánicas y normas de injusticia e impiedad contra muchísimos seres humanos, quienes debido a su pobreza ni se defienden ni tienen quien les defienda.

Vean este documental, es una filmación de las que educan en la osadía y la "parresía", en la capacidad de rebeldía e insumisión, que al fin y al cabo merecen ser tan aprendidas como esa capullada ideológica impuesta gubernamentalmente en la España de los Necionalismos-Taifas, de nombre "Educación para la ciudadanía" (¡ja, ja, ja: menuda ciudadanía!).

Al fin y al cabo no conviene olvidar que nuestros cuerpos son organizaciones celulares que sólo duran unas cuantas décadas y se apagan. Así pues, mientras estemos encendidos, debiéramos emplearnos más en potenciar la luz y el bien que la oscuridad y la tropelía, ¡¡¡coño!!!

Fej Delvahe