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Voto de Fej Delvahe:
6
6,8
7.119
Comedia. Drama
La película narra un conflicto entre vecinos que parece no tener fin. Una simple pared medianera puede dividir dos mundos, dos maneras de vestir, de comer, de vivir. De un lado Leonardo (Rafael Spregelburd), fino y prestigioso diseñador que vive en una casa realizada por Le Corbusier. Del otro lado Víctor (Daniel Aráoz), vendedor de coches usados, vulgar, rústico y avasallador. Víctor decide hacer una ventana para tener más luz, y ahí ... [+]
9 de enero de 2011
24 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
El hombre de al lado es alguien que llega de repente y acaba con nuestra paz, con nuestro sosiego, con el microclima individual o familiar que nos hemos construido. ¿Esto significa que ese ser que de pronto nos fastidia hasta cotas inaguantables sea malo? No, porque de hecho a veces ese recién llegado que nos revienta la paz, que nos irrita, que nos provoca, que nos saca de nuestras casillas, es precisamente también quien nos puede estar señalando la dirección a emprender un nuevo horizonte, a cambiar la perspectiva vaga en que vivimos e incluso despertarnos algún tipo de personalidad que teníamos muerta y sea nuestra salvación. Ahora bien, esto no quita para que efectivamente el hombre de al lado, que llega chinchando e incomodando, rompiendo nuestro silencio y calma, lo experimentemos como a un enemigo que nos asedia, hostiga y joroba al que a la menor oportunidad estrangularíamos o simplemente no auxiliaríamos si llegase el caso de que se viese al borde de la muerte.
¿Quién no ha tenido un maestro pesado, que en realidad le estaba procurando un buen futuro, o un amigo que le confrontaba en lo más profundo y por esto mismo convirtió en enemigo? Pues algo parecido ocurre con el vecino de al lado que se pone a dar golpes ruidosos cuando estamos en pleno reposo o tranquilidad, que se mete en nuestra privacidad con la mayor cara dura. Quizás su actitud valga para que tomemos conciencia de que nuestra vida transcurre confortablemente pero muy vacía y sea necesario emprender un cambio radical; de hecho, no son las personas de fuera, el prójimo o los vecinos, los que nos causan mayores males, sino que son precisamente las que más queremos, las de nuestro círculo sagrado o más afectuoso, las que nos infligen las peores heridas y desengaños.
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¿Quién no ha tenido un maestro pesado, que en realidad le estaba procurando un buen futuro, o un amigo que le confrontaba en lo más profundo y por esto mismo convirtió en enemigo? Pues algo parecido ocurre con el vecino de al lado que se pone a dar golpes ruidosos cuando estamos en pleno reposo o tranquilidad, que se mete en nuestra privacidad con la mayor cara dura. Quizás su actitud valga para que tomemos conciencia de que nuestra vida transcurre confortablemente pero muy vacía y sea necesario emprender un cambio radical; de hecho, no son las personas de fuera, el prójimo o los vecinos, los que nos causan mayores males, sino que son precisamente las que más queremos, las de nuestro círculo sagrado o más afectuoso, las que nos infligen las peores heridas y desengaños.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
En definitiva, dos enseñanzas entresaco de esta historia:
1ª) La vida para que sea sabrosa ha de vivirse peligrosamente; es la mejor forma de vivirla. Sólo a través del peligro, la vida sabe a vida, tiene su punto sabroso de sal existencial. Uno tiene que ser aventurero, estar siempre dispuesto para enfrentarse a los problemas y a la gente problemática, porque esto ocurrirá casi a diario; entonces, hay que saber vivir plantando cara a quienes nos tratan de avasallar o violar en cualquier sentido. Cuando esto ocurre, indudablemente uno lo pasa mal, está inquieto, se desquicia; pero aún así la intensidad e inestabilidad de enfrentarnos al arbitrario o bellaco, de no acobardarnos, es más gratificante que toda una eternidad de vida mediocre.
2ª) No obstante, conviene tener muy en cuenta que quien te viene a incordiar también puede que te venga a salvar, con lo cual el molestoso o incordiador puede ser sorprendentemente tu salvador: entre otras cosas puede acicatearte y hacerte salir, por ejemplo, de una casa tan horrorosa como esa mierda de vivienda realizada en América del Sur por el arquitecto Charles Édouard Jeanneret-Gris, más conocido como Le Cobusier; porque el mundo es grandísimo y hay infinitos paisajes y lugares donde habitar, millones de veces más hermosos y vivificantes.
Todo esto se pone de relieve en esta película, por acción, por omisión y por algo más.
Fej Delvahe
1ª) La vida para que sea sabrosa ha de vivirse peligrosamente; es la mejor forma de vivirla. Sólo a través del peligro, la vida sabe a vida, tiene su punto sabroso de sal existencial. Uno tiene que ser aventurero, estar siempre dispuesto para enfrentarse a los problemas y a la gente problemática, porque esto ocurrirá casi a diario; entonces, hay que saber vivir plantando cara a quienes nos tratan de avasallar o violar en cualquier sentido. Cuando esto ocurre, indudablemente uno lo pasa mal, está inquieto, se desquicia; pero aún así la intensidad e inestabilidad de enfrentarnos al arbitrario o bellaco, de no acobardarnos, es más gratificante que toda una eternidad de vida mediocre.
2ª) No obstante, conviene tener muy en cuenta que quien te viene a incordiar también puede que te venga a salvar, con lo cual el molestoso o incordiador puede ser sorprendentemente tu salvador: entre otras cosas puede acicatearte y hacerte salir, por ejemplo, de una casa tan horrorosa como esa mierda de vivienda realizada en América del Sur por el arquitecto Charles Édouard Jeanneret-Gris, más conocido como Le Cobusier; porque el mundo es grandísimo y hay infinitos paisajes y lugares donde habitar, millones de veces más hermosos y vivificantes.
Todo esto se pone de relieve en esta película, por acción, por omisión y por algo más.
Fej Delvahe