Un diez por ser la única película que ha conseguido hacerme reír a carcajadas y al mismo tiempo llorar a mares. Por salir del cine sin palabras. Por hacerme volar hasta mi infancia cuando inventaba historias con mis juguetes y volverme a traer al presente en donde ya no hay tiempo para jugar y toca tomar decisiones porque es ley de vida hacerse mayor por mucho que nos cueste.
¿Y qué pasará cuando Andy se haga mayor? Buena pregunta… Todos nos sentimos identificados con esto y esta historia tenía que tener un cierre. Dicen que segundas partes nunca fueron buenas y terceras ya ni te cuento… Pero esa teoría no ha pasado en Toy Story. La segunda película me pareció un pelín (y digo solo un pelín) floja pero esta ha llegado hasta lo más alto. Tenía miedo de lo que me iba a encontrar aquí pero ni mucho menos, Pixar no podía haber hecho un final mejor. No podía existir ningún otro cierre para esta maravillosa historia.