La adolescencia ha de ser, por concepto, una fase vital de apertura a nuevas experiencias... La directora juega con esta idea para hacer una película de tono luminoso y festivo, pero que relata una trama de opresión intolerable, desgarradoramente verídica y cercana. Con ese enfoque, "Mustang" es una obra muy inteligente, que llega al gran público y le hace pensar. Su mensaje rotundo de denuncia cala hondo, seguramente gracias a esta visión un tanto festiva y romántica de la historia, que nunca renuncia al humor como contrapunto perfecto de la crueldad más enquistada. Las interpretaciones de las jóvenes protagonistas, con la mezcla perfecta de candor y rebeldía en cada momento, son otro de los puntos fuertes de este film. Quizá el retrato de la sociedad rural turca sea maniqueo, pero la necesidad de poner el foco en ciertas estructuras patriarcales que semiesclavizan a la mujer es patente. Más que intentar revisar valores sociales o religiosos arraigados, "Mustang" pretende ser un canto a la libertad, sin más. La idea abstracta de Estambul como gran ciudad en desarrollo, en el que cualquier ciudadano, hombre o mujer, puede vivir según sus propias inquietudes, no deja de ser un signo de esperanza. En fin, una película emocionante y entretenida a partes iguales, que no deja indiferente. Muy recomendable.