FA
colaborador
Media votos
5,6
Votos
11.614
Críticas
629
Listas
0
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de reporter:
7
7,6
3.024
Documental
Documental sobre Anvil, la banda más popular del heavy metal canadiense. Entre 2005 y 2006 Gervasi filmó algunos shows de la banda y también entrevistó a algunos amigos de Anvil. Cuando consideró que ya tenía suficiente material, estrenó el documental. Se estrenó en el festival Sundance y obtuvo una excelente acogida por parte de la crítica. (FILMAFFINITY)
24 de junio de 2010
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el año 1984 Rob Reiner se dio a conocer con el falso documental (que él mismo vendía como “el rockumental definitivo”) sobre la que supuestamente era la mejor banda de heavy metal de la historia: Spinal Tap. Con ‘This Spinal Tap’ se seguían las desternillantes andaduras de este grupo en una gira que resultaría ser la madre de todos los despropósitos. De paso se configuraría una acertadísima enciclopedia de los tópicos rockeros y se difuminaría la línea que separa la realidad de la ficción, al crearse a posteriori el conjunto en cuestión, que llegaría incluso a grabar algún que otro disco... y a hacer una aparición estelar en uno episodio de Los Simpson.
La que sí es ya es completamente verídica es la historia de Anvil. La historia de dos amigos que se juntaron y decidieron hacer realidad su sueño. Ahora, miembros de bandas tan distinguidas como Metallica, Guns N’ Roses, Slayer o Black Sabbath se confiesan absolutamente deudores de la influencia musical de nuestros protagonistas... sin embargo, tanto el uno como el otro viven en el absoluto olvido, siendo sólo recordados por los más entendidos o los más nostálgicos, llevando existencias humildes y peleando constantemente contra los elementos y la todopoderosa industria discográfica para recuperar la gloria perdida.
A la ya mencionada ‘This Spinal Tap’ hay que sumarle otra cinta de culto, ‘Metallica: Some Kind of Monster’, de Joe Berlinger y Bruce Sinofsky, en la que se nos narraba el maratoniano e irónicamente auto-destructivo proceso creativo del disco “St. Anger”, para obtener una más fiel concepción de lo que nos plantea ahora el debutante Sacha Gervasi. Así, ‘Anvil - El sueño de una banda de rock’ se revela como una más que estimable creación fruto de la estupenda conjunción de piezas distintas (justo lo que buscaban los míticos James Hetfield y Lars Ulrich durante la gestación de una de sus célebres canciones).
Por una parte tenemos el “reineriano” tour europeo del grupo canadiense, que no es más que un vano intento por volver a degustar las dulces mieles de la fama, que a la larga se tornará en una pesadilla para los buenos de Steve Kudlow y Robb Reiner -éste con doble ‘b’, no confundir-, pero un espectáculo a veces divertidísimo para un público poco acostumbrado a ver el lado menos glamoroso del mundo del espectáculo. En este sentido, ver a los componentes del grupo sudar sangre para obtener una paga raquítica tras una actuación ante cuatro gatos en un local de mala muerte de la República Checa, es una mezcla que combina con sorprendente habilidad la comedia con el drama; lo cutre con lo entrañable y que será clave para entender el encanto que desprende este documental.
La que sí es ya es completamente verídica es la historia de Anvil. La historia de dos amigos que se juntaron y decidieron hacer realidad su sueño. Ahora, miembros de bandas tan distinguidas como Metallica, Guns N’ Roses, Slayer o Black Sabbath se confiesan absolutamente deudores de la influencia musical de nuestros protagonistas... sin embargo, tanto el uno como el otro viven en el absoluto olvido, siendo sólo recordados por los más entendidos o los más nostálgicos, llevando existencias humildes y peleando constantemente contra los elementos y la todopoderosa industria discográfica para recuperar la gloria perdida.
A la ya mencionada ‘This Spinal Tap’ hay que sumarle otra cinta de culto, ‘Metallica: Some Kind of Monster’, de Joe Berlinger y Bruce Sinofsky, en la que se nos narraba el maratoniano e irónicamente auto-destructivo proceso creativo del disco “St. Anger”, para obtener una más fiel concepción de lo que nos plantea ahora el debutante Sacha Gervasi. Así, ‘Anvil - El sueño de una banda de rock’ se revela como una más que estimable creación fruto de la estupenda conjunción de piezas distintas (justo lo que buscaban los míticos James Hetfield y Lars Ulrich durante la gestación de una de sus célebres canciones).
Por una parte tenemos el “reineriano” tour europeo del grupo canadiense, que no es más que un vano intento por volver a degustar las dulces mieles de la fama, que a la larga se tornará en una pesadilla para los buenos de Steve Kudlow y Robb Reiner -éste con doble ‘b’, no confundir-, pero un espectáculo a veces divertidísimo para un público poco acostumbrado a ver el lado menos glamoroso del mundo del espectáculo. En este sentido, ver a los componentes del grupo sudar sangre para obtener una paga raquítica tras una actuación ante cuatro gatos en un local de mala muerte de la República Checa, es una mezcla que combina con sorprendente habilidad la comedia con el drama; lo cutre con lo entrañable y que será clave para entender el encanto que desprende este documental.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Por otra parte, el director Sacha Gervasi también tiene tiempo para detenerse con el retrato humano de Anvil. Esperen encontrar pues el clásico choque frontal de egos, del que, cómo no, surgen broncas titánicas o impresionantes espirales creativas. Es el caos fascinante en el que viven estos viejos rockeros que se niegan a quedarse en el cementerio de elefantes. Es viendo las relaciones entre estos amigos inseparables cuando uno descubre el verdadero valor del filme. Y es que desde los todopoderosos Estados Unidos se nos ha vendido siempre esa cultura que tanto penaliza el fracaso... pero ahora sus vecinos del norte, con la historia de Anvil, acortan la distancia que separa la victoria de la derrota.
Durante hora y media compartimos las aventuras de dos bellísimas personas, y no logramos entender cómo se les ha negado de forma tan cruel el sitio de honor que tanto merecen en el Valhalla del heavy metal. Innegablemente tienen talento musical, y a pesar de sus más y sus menos, nada puede dinamitar su amistad... sin embargo, el sueño que tanto persiguen resulta ser una droga que les da fuerzas para continuar luchando, a la vez que les consume. Pero lo más curioso de esta odisea es que al final del trayecto no queda del todo claro si hemos visto la crónica de una interminable caída en picado o de un prolongado y majestuoso vuelo. Las portadas de las revistas y las ventas de discos se decantarán por lo primero... el ahora tan sobado concepto del factor humano mirará más hacia la segunda opción. Servidor también.
Durante hora y media compartimos las aventuras de dos bellísimas personas, y no logramos entender cómo se les ha negado de forma tan cruel el sitio de honor que tanto merecen en el Valhalla del heavy metal. Innegablemente tienen talento musical, y a pesar de sus más y sus menos, nada puede dinamitar su amistad... sin embargo, el sueño que tanto persiguen resulta ser una droga que les da fuerzas para continuar luchando, a la vez que les consume. Pero lo más curioso de esta odisea es que al final del trayecto no queda del todo claro si hemos visto la crónica de una interminable caída en picado o de un prolongado y majestuoso vuelo. Las portadas de las revistas y las ventas de discos se decantarán por lo primero... el ahora tan sobado concepto del factor humano mirará más hacia la segunda opción. Servidor también.