Ayer estuve viendo... PUDOR. No era nada especial, ni siquiera destacable... pero a través de ella descubrí, la dificultad para que alguien se interese nimiamente por ese... nuestro desvarío existencial.

Al personaje interpretado por Nacho Novo, le descubren una enfermedad terminal, de evolución rápida. Cuando llega a casa, su mujer está tan desbordada con problemas comunes que no pude decírselo... sus hijos, su suegro con principio de alzheimer.
Ya en cama, ella se acuesta, pero solo finge dormir. Desconociendo lo que le sucede a su marido, ella, también siente su vida en el precipicio, carente de objetivos, que den sentido a sus horas vacías, que no llena ni en las reuniones que programa para vender cosméticos.

No es que sea nada especial, pero el tono melancólico que Tristán Ulloa, su director, supo trasladar desde la novela de Santiago Roncagliolo, me ha conmovido...

Todos de alguna manera seremos atravesados durante nuestra vida, por algún abismo que no renunciará, a escoltarnos.