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España España · Barcelona
Voto de Hector:
6
Acción. Aventuras. Drama En el año 180, el Imperio Romano domina todo el mundo conocido. Tras una gran victoria sobre los bárbaros del norte, el anciano emperador Marco Aurelio (Richard Harris) decide transferir el poder a Máximo (Russell Crowe), bravo general de sus ejércitos y hombre de inquebrantable lealtad al imperio. Pero su hijo Cómodo (Joaquin Phoenix), que aspiraba al trono, no lo acepta y trata de asesinar a Máximo. (FILMAFFINITY)
29 de mayo de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es difícil disponerse a ver esta película para un admirador del film “Espartaco” e imposible de visionar sin que el anterior referente se despierte tarde o temprano en la memoria de un buen aficionado al cine. Gladiator quiere ser un film épico ambientado en la época romana con el objetivo de contar una historia “grande” y al mismo tiempo dar un espectáculo visual al espectador. Vayamos por partes.

La historia que hay detrás del film tiene efectivamente los ingredientes necesarios para ser un buen motor del drama que se presenta: desamor, ambición y traición en la usurpación del poder del nuevo “Cesar” y venganza de “Gladiator”. Ridley Scott, experto en la creación de ambientes especiales y en producciones de alto presupuesto, es sin embargo un director muy limitado en el plano emocional, y bastante incapaz de captar el alma de un personaje al narrar una historia. En el caso de Gladiator, sólo logra reflejar una caricatura en la configuración de los personajes protagonistas, sólo consigue pinceladas de rasgos, que en manos de otro director, hubieran tenido una profundidad y trascendencia de mayor calado. Cuando Kirk Douglas habla en Espartaco, Kubrick radiografía su alma con una fuerza expresiva única y veraz. Cuando Rusell Crow habla se dirige a un público menos exigente, que sólo quiere pasar un buen rato en un film de espectáculo y acción. Esa es la diferencia entre un maestro del cine en todos sus géneros y un creador de ambientes visuales cargados de personajes estereotipados.

Como espectáculo Gladiator funciona, está bien narrada, y entretiene. En la creación de escenarios si que Rydley Scott es un maestro. Sólo indicar la obsesión de los directores actuales de películas épicas por mostrar miembros destrozados y sangre saliendo a borbotones. No hace falta.

En cuanto a los actores, Joaqui Phoenix hace un papel totalmente respetable y que encaja tremendamente con si físico entre neurótico y melancólico. Rusell Crow aporta sólo su enorme presencia física y telegenia, funciona, aunque resulta incapaz de transmitir verdadera emoción tras su rostro siempre inexpresivo. El resto de personajes del film no perdurarán en la memoria del espectador porque la dirección no ha sido capaz de dotarles de una entidad suficientemente consistente. Ridley Scott, consigue por tanto un film muy respetable como espectáculo pero en la revisión del género se queda en eso: “quiero y no puedo”.
Hector
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