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Mongolia Mongolia · Escala de Richter
Voto de Eric Packer:
2
Comedia. Romance. Fantástico. Terror R, un zombi con problemas existenciales, entabla una extraña amistad con la novia de una de sus víctimas. Esta insólita relación provoca una reacción en cadena que cambia su vida, la de sus iguales y, probablemente, la de todo el planeta. (FILMAFFINITY)
22 de febrero de 2013
7 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aberrante, no existe otro adjetivo que califique con mayor exactitud a Warm Bodies, que en México fue traducida con el "conveniente" nombre de Mi novio es un zombie apelando al título de la canción que popularizara Alaska y Dinarama. Como un aficionado al tema de los muertos vivientes en el cine desde que Night Of The Living Dead me impactara al grado de temer que los muertos del cementerio que está a dos cuadras de mi casa salieran de sus tumbas para comerme el cerebro, esperaba que Warm Bodies incorporara algo nuevo a este subgénero fílmico -que ha tenido su mayor auge no ha muchos años gracias a 28 Days Later, al remake de Dawn Of The Dead y a la serie The Walking Dead-, pero no fue así. Warm Bodies se burla y viola las principales leyes de las películas de zombies: el zombie desde sus primeras incursiones en el cine y literatura es una figura instintiva, sin voluntad, controlada por su impulso por comer carne humana, está desposeído de capacidad intelectual -por lo que no se puede comunicar-, así como también de emociones (en Day Of The Dead, George A. Romero excepcionalmente experimentaba con este hecho al tratar al zombie Bub como al perro de Pavlov con el fin de domesticarlo y en su más reciente título, Survival Of The Dead, proponía que el zombie era una criatura condenada a repetir por inercia los actos que en su primera vida realizara y al que se le podía hacer cambiar sus hábitos alimenticios caníbales, lo cual le fue reprochado al propio padre de los muertos vivientes por sus hordas de fans más acérrimos al contravenir las bases genéricas que él mismo asentara). Warm Bodies es una película que busca transgredir, sólo por el hecho de hacerlo, de una manera burda y torpe, al igual que la saga de Twilight lo hiciera desmitificando la figura del vampiro al dotarlo de ánima, quiere vendernos la idea del monstruo con buen corazón, pero lo propone de una manera tan tonta que Isaac Marion y Jonathan Levine antes de atreverse siquiera a escribir una línea al redactar el libro, el primero, y dirigir la primera toma de Warm Bodies, el segundo, debieron pedirle consejo a Mary Shelley y Tim Burton o al menos debieron leer Frankenstein o ver Edward Scissorhands -historias en las que la visión del monstruo marginado social por el concepto en el que se le tiene prejuzgado cambia al comprender que su naturaleza es opuesta a su aspecto que causa temor-, para darse una idea de cómo hacer mejor las cosas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Eric Packer
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