Increíble y adictiva película que te atrapa desde el principio y te sumerge en un mundo que fue diseñado en 1995 como futurista y que en 2021 te parece muy cercano.

Imágenes llenas de acción y de poesía. Pero sobre todo de filosofía. La cyborg que disfruta tanto dando tiros e infiltrándose como sumergiéndose en el mar, ¿referencia al líquido amniótico dónde flotas antes de nacer a la vida? La consciencia que supera y rebasa al cuerpo como espacio dónde habita, aunque a la vez lo reclame como instrumento para concretarse.
La escena con el tanque es toda una declaración de intenciones: ametralla (sigue) toda la evolución de la vida, y del ser humano para llegar al final de la misma. Ese nuevo paso en la evolución, ¿será una inteligencia, una consciencia que supera, que transciende al cuerpo?
Citas sacadas del cristianismo (carta de S. Pablo a los Corintios), del budismo, del racionalismo de Descartes...todo metido con naturalidad, frescura y contundencia.

Guión fabuloso. Una inteligente trama detectivesca y de espías que se sigue con gusto. Mezclando en su justa medida la acción, la investigación, la ciencia ficción y la filosofía. Conforme la película avanza (y como es habitual en el cine oriental) se evoluciona desde la acción hasta la filosofía. Para llegar a un final lógico y arrasador a la altura de la película. Propuesta arriesgada por lo conceptual pero impecable desde el punto de vista de la lógica filosófíca que imbuye al film.
La posibilidad de desarrollar una consciencia a partir de entidades mecánicas, biológicas, electrónicas o todas ellas a la vez ya aparece en Blade Runner (1982) pero aquí va a aparecer de otra forma. Más elegante y fría pero menos pasional o trágica que en la película de Ridley Scott.

Escenas espectaculares, llenas de acción y disparos cuando hace falta. Pero, igualmente, imágenes que alternan con la cotidianeidad de un Japón urbano, superpoblado, inquietante. El cual recorremos desde una barcaza mientras una hipnótica música japonesa nos acompaña y nos sumerge en un viaje fluvial interior que fascina e inquieta por igual. Me recuerda al viaje fluvial como metáfora de conocimiento interior que aparece en "Apocalypse Now". Una maravilla para los sentidos esta joya del anime.

Una película que se merece todos los revisionados del mundo por su calidad intelectual, artística y su gran intriga detectivesca.

Fascinante.