Por los tortuosos caminos del giallo llego a esta película y dejo una nota, cual Amundsen dejando una nota al pobre Scott. En serio, tenemos que ayudarnos y ahorrarnos tiempo. Todos sabemos que se trata de películas, en ocasiones, muy difíciles de conseguir. Lo que no podemos aguantar es que, encima, sean difíciles de visionar.

Aunque sospecho que la copia que conseguí era de especial mala calidad (creo que estaba mal hasta el formato), la fotografía amarillenta que ya he citado en mi crítica a "La iguana de la lengua de fuego" de Riccardo Freda aquí es especialmente mortífera y soporífera, de domingo por la tarde.

En ocasiones, durante su visionado, tuve la impresión de que, aún con todo mi empeño, había logrado la película que no era. Que me había bajado una película erótica por error. Porque en inicio es lo que parece, escenas guarrillas medio sadomasoquistas que tienen su aquel. De repente, aparece una trama torpe e irrelevante para hilvanarlas. Un desastre. Unos personajes que parecen descritos por un personaje de primero de guión, que piensa que añadiéndoles una peculiaridad los hace reales. Pues no.

No me explico cómo una película donde le introducen unas tijeras por vía vaginal a una prostituta pudo parecerme tan sumamente aburrida. La película carece absolutamente de ritmo o interés. Una pena, porque, aisladamente, las escenas sexuales son bastante morbosas y las violentas tienen su aquel. Pero, en conjunto, no es casi ni una película. Insisto que es algo que da especialmente lástima porque a Landi se le ven destellos de enfermiza originalidad (aunque lo de introducir objetos filosos por agujeros impensables es viejo como el mismo giallo) y la resolución del caso (que desgraciadamente no despierta interés hasta el final) quedaba bastante bien. Cotas de sordidez interesantes.

Fans del giallo, estoy seguro de que aún os quedan 20 mejores por ver que éste. Y si no, dedicaos a las curiosidades que nadie se pone de acuerdo si son giallo o no (¿Qué más dará?) como "Huellas de pisadas en la luna" del misterioso Bazzoni con la escultural Florinda Bolkan o la polanskiana "Il profumo della signora in nero" de Barilli.

Lo dicho, chicos del giallo: casi seguro que tenéis cosas mejores que hacer. Eso sí, si vais pasando de escena guay en escena guay, ésta es mejor que otras. Es posible que me pillara en un mal día, no lo descarto.

Ajenos al giallo, si es que han llegado aquí por crueles vicisitudes del destino... a otra cosa.