Las temáticas sobre institutos no son nuevas. Desde hace rato solemos ver las tribus urbanas que se potencian durante la adolescencia. Pero Sex Education se vuelve específica y potencia la calidad de la serie desde su saber: los gustos sexuales.

Imposible dejar de lado la mirada narrativa: un hijo y su madre. Ambos arman un croquis sexual de lo que sucede y todo se desarrolla desde ahí. Aprender informando, aprender conociendo. Aprender enseñando. En el medio hay una secundaria rebelde pidiendo protagonismo. Si la serie es madura, lo tendrá.

Y un desfile coral: todas las vocaciones sexuales en perfecto ritmo narrativo. Cada pareja es un mundo, algunas son complicadas (la atracción entre mujeres solo se presenta como un mundo posible pero muy lejano: falta conocimiento ahí y el prota es honesto. Se hace a un lado, no pudiendo ayudarlas desde la información que maneja). Luego los travestismos, la homosexualidad y la heterosexualidad conflictiva.

El mundo de la sexualidad siempre será un poco virgen. Si no le atañe a uno, mejor no meterse.

La serie promete pero también pide un poco más de eje narrativo, que el guión no se vuelva una golondrina buscando verano. Bien igual.