A ver, a ver: si enmarcamos esta peli como perteneciente al terror que espera un adolescente, o lo que es peor, un adulto, naufraga por todos lados. Si la enfocamos como un cuento de terror, sí, un cuento pues reúne todas las condiciones, para chicos...pues las cosas cambian un poco. Pero hay que decirlo: No tengas miedo...intenta llegar a todos los públicos, se le nota a la legua. Allí es donde falla y se hace trizas.

Partamos de la base de que como historia deja demasiados cabos sueltos; deja librado al misterio demasiadas cosas que el espectador no exigente puede ignorar sin problemas. Pero si querés encontrarle razones y lógica interna el asunto tambalea. Lo que definitivamente la salva del colapso es su cuidada, a veces notable, fotografía fusionada con escenarios singulares. El uso de la cámara es muy correcto, algunos planos son exactamente los que la situación pedía...en fin, está bien hecha, eso es innegable. Pero suena siempre a cuento para niños visto desde la perspectiva de una nena que llora y muestra siempre la misma cara de atormentada. En ese registro la borda, pero el guión, el trazo del perfil de su personaje la ata a un tono monocorde que termina por cansar, y en cierta forma eso genera irritación: uno da cuenta del potencial de la niña limitado a una actuación carente de variaciones. Por otra parte, los adultos son de cartón pintado; no actúan mal, pero sus roles son definitivamente anodinos.

No tengas miedo... aprieta donde sabe hacerlo y donde debe hacerlo. Pero quiere apretar allí donde no debería ni meterse, quiere generar misterio sirviéndote todo en bandeja de las formas más contradictorias, entonces el producto patina. No termina de cerrar ni como cuento, ni como peli...mucho menos como propuesta terrorífica.