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Voto de José Miguel:
9
Ciencia ficción. Fantástico. Intriga Año 2035. Tras la epidemia provocada por un virus asesino que ha matado a millones de personas, los supervivientes se refugian en comunidades subterráneas, húmedas y frías. El prisionero James Cole se ofrece como voluntario para viajar al pasado y conseguir una muestra del virus, gracias a la cual los científicos podrán elaborar un antídoto. Durante el viaje conoce a una bella psiquiatra y a Jeffrey Goines, un excepcional enfermo ... [+]
10 de septiembre de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Absorbente película de Terry Gillian que desde los títulos de crédito con esa estética de teletipo o primeros ordenadores personales y el logo de los doce monos que parece diseñado por el propio K. Haring nos engulle en una trama futurista de la que sale bien parado Terry G.
El caso es que Gillian no lo tiene nada fácil ya que con las idas y venidas en el tiempo y esos cabos que deja sueltos para atarlos con precisión con el devenir de la trama podría llevarlo a callejones sin salida recurriendo a sacar conejos de la chistera para salir de ellos con el consiguiente detrimento de la consistencia de la historia. Gillian sabe manejar el guión, sabe contar una complicada historia en imágenes y es más le da el tratamiento adecuado a cada ambiente como en el caso del futuro con esa estética de cómic con que la rueda.
12 Monos combina armoniosamente acción, diálogos, primeros planos más intimistas y la dosificación del suspense necesario para mantenernos atentos a la historia.
Madelleine Stowe y Bruce Willis conjugan una pareja ideal para el desarrollo de la cinta, resaltando más el papel de ella, fronterizo entre la incredulidad de una doctora y las pruebas inexplicables que se le presentan. La propia actriz sienta sus bases de interpretación en la primera escena en la que pulcramente vestida se encuentra ante un Bruce Willis de aspecto más que inquietante.
No obstante no puedo obviar dos debilidades que desentonan en el filme.
Terry G. debió sujetar a un desbocado y desmelenado Brad Pitt. Es verdad que el papel de loco es muy fácil de representar simplemente hay que dar rienda suelta a gestos, tics, disparates y entonaciones que por muy coreografiadas que estén el exceso que desborda Brad P. resulta contraproducente.
El final de opereta, quizá mal influido por la moda de usar la cámara lenta, desmerece el tono más que notable de 12 monos.
José Miguel
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