El avistamiento de pájaros como motor competitivo, bañado en una pátina de amor por la naturaleza y las aves, visto desde aquí resulta bastante pueril. Como debe resultar infantiloide las actitudes que tomamos unas dos veces por semana ante el televisor millones de españoles, respecto de unos jóvenes pateando una pelota de cuero embutidos en camisetas con escudos concretos.
Dicho esto, cualquier fanatismo puede entenderse o no, según tu grado de implicación en alguno de los miles de hobbies que nos ayudan a sobrellevar el día a día por este valle de lágrimas; aquí nos muestran uno peculiar, como es contar las distintas especies de pájaros que ven en un año los protagonistas para determinar quién es el ganador. Una chorrada, vamos. Tres personajes en tres momentos vitales distintos, con dispar éxito en sus trabajos, amores etc. Todo en un tono de comedia amable, pero no almibarada y eso probablemente haga que la haya aprobado raspadamente.
Está facturada con corrección, con buenas localizaciones que te introducen en las visicitudes que pasan estos fanáticos del conteo de patas, picos y plumas. El trío protagonista es solvente, incluso diría que en alguna ocasión han resultado brillantes cada uno de ellos - Martin en "Grand Canyon", o en "Un par de seductores", Black en "Alta fidelidad" o en "The holiday" y Owen en "Zoolander" o en "Life Aquatic"- y en esta ocasión solventan la papeleta en papeles que pueden hacer dormidos: Wilson el descentrado y afligido, Black el bicho raro con poder interior y Martin el hombre con todo a su alcance excepto lo que realmente quiere.
No ofenderá las retinas y oídos de nadie, pero tampoco será recordada como una gran comedia, empezando porque no es estrictamente una comedia al uso sino mas bien lo que se lleva ahora: una mezcla de géneros en donde predomina uno pero se tocan mil notas para que agrade a muchos.
Nota: 5,25.