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España España · barcelona
Voto de avanti:
7
Drama. Romance Philip, un estudiante de medicina, se enamora perdidamente de una camarera llamada Mildred. Ella, que le hace creer que también lo ama, ejerce sobre el joven un influjo tan poderoso que, a pesar de las humillaciones y desprecios a que lo somete, vuelve con ella una y otra vez. Esta situación de inestabilidad lo lleva a fracasar en los estudios, pero entonces empieza a comprender cuáles son las verdaderas intenciones de Mildred. (FILMAFFINITY) [+]
4 de enero de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Of human bondage (Cautivo del deseo), es una película de John Cromwell, realizada en 1934). Se trata de un drama por los cuatro costados, asistimos a la narración de un género cinematográfico que Cromwell domina a la perfección en su filmografía donde, salvo raras excepciones, se ha salido de él. En Of human bondage, el realizador nos traslada a un mundo de atracción y rechazo, en el que por encima de toda incertidumbre se impone la entrega incondicional, entre un inestable estudiante de medicina desilusionado con la pintura, y una bella camarera de fuerte temperamento, consiguiendo lo que quiere: enamorar para tener mejor vida social, utilizando la perversidad encubierta que no duda en mostrarla cuando ve en peligro su independencia emocional por encima de cualquier otro interés.

Philip Carey (Leslie Howard), despierta a la realidad de sus posibilidades creativas ante un horizonte nada favorable afrontando su futuro sin demasiada convicción en un frágil momento en el que conoce a la frívola Mildred Rogers (Bette Davis), momento a partir del cual, el enredo, la negación, el rechazo compulsivo y la no aceptación de la realidad, tropiezan una y otra vez contra los intereses de ambos donde la entrega sin tregua de una parte choca con el rechazo de la otra convirtiendo la situación en mera esclavitud de lo emocional.

El desarrollo de los acontecimientos nos lleva hasta la demostración del servilismo más torpe que el falso amor pueda generar hasta el punto de recaer, de asumir, de tener incluso sensación de culpabilidad por el destino frente al fracaso de alguien que convierte la esclavitud emocional ajena en su propio dominio convirtiendo a Mildred Rogers en un ser cada vez más alejado de la realidad emocional ajena de la que Philip Carey ha dado cuenta sobradamente.

El realizador nos plantea el escenario como un constante enfrentamiento donde el amor, el interés, la compasión y la indiferencia, se convierten en elementos perversos de comunicación a partes desiguales entre ambos protagonistas. La evolución de los acontecimientos, agravados por las incursiones de Harry Griffith (Reginald Denny) y Emil Miller (Alan Hale), enreda la situación. La predecible solución del problema emocional, no cesa de transmitirnos el mensaje de la necesidad afectiva mutua representada por la emotiva Norah (Kay Johnson) o la emocional Sally Atnelny (Frances Dee) frente a los deseos algo obsoletos de dos vidas que nunca se quisieron aunque en alguna ocasión se amaron.

Lo que John Cromwell nos plantea finalmente en Cautivo del deseo es la esclavitud amorosa frente al rechazo, situación que, a pesar del montaje algo atropellado de las escenas, no deja de transmitirnos la insoportable pesadumbre de la solitud frente a la indiferencia mediante la crueldad emocional aplicada al perdedor. Dura película, interesante metraje.
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