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España España · Almería
Voto de Gabriel Ufa:
8
Drama Nina (Natalie Portman), una brillante bailarina que forma parte de una compañía de ballet de Nueva York, vive completamente absorbida por la danza. La presión de su controladora madre (Barbara Hershey), la rivalidad con su compañera Lily (Mila Kunis) y las exigencias del severo director (Vincent Cassel) se irán incrementando a medida que se acerca el día del estreno. Esta tensión provoca en Nina un agotamiento nervioso y una confusión ... [+]
22 de febrero de 2011
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es difícil abstraerse de la impresionante cantidad de elogios que esta bellísima actriz ha recibido. La opinión es unánime: es el papel de su vida en una actuación estratosférica y el Oscar sería totalmente merecido. Poco más se puede decir de esta excepcional actriz que, como su personaje, Nina, coquetea con la perfección en su apasionada actuación.

Respecto a la dirección y el toque Aronofsky, es imperfecto pero demencialmente emocionante y visceral. Esa imperfección que Thomas LeRoy (Vincent Cassel) le pide al Cisne Negro (como si estuviera viendo a Aronofsky arengando a Natalie Portman en alguna escena decisiva), podría ser lo que ha buscado el propio Aronofsky. Como a Nina, a medida que se va acercando el momento de la verdad, no le importa realizar su particular salto al vacío.

No hace falta emplearse a fondo para ver que todo lo que rodea a ese bellísimo cisne que es Natalie Portman, es opresivo desde el mismo inicio: la lucha interior por la búsqueda de la perfección, su habitación, que busca atrapar la eterna infancia, la presión materna, la propia escuela de danza y sus compañeras o su extenuante director. Todo ello reflejado de manera fascinante (como el metafórico juego de espejos y reflejos) dentro de una logradísima atmósfera asfixiante y demoledora.

Es irrefutable que Aranofsky es un maestro como generador de ambientes convulsos, y uno de los mejores captadores de emociones límite, utilizando su paleta de intensos negros, salpicados siempre de grises (ya lo hacía con singular maestría en la estupenda “El luchador”). Su potencia visual está fuera de toda duda.

Como otras grandes películas sobre arte o artistas, “Cisne negro” genera controversia. Partidarios y detractores defenderán su postura, pero de lo que no hay duda es de que Darren Aranofsky saborea las mieles del éxito de nuevo y Natalie Portman, más allá de cisne negro o blanco, se convierte en un portentoso cisne dorado (Globo de Oro mediante y Oscar a la vista).
Gabriel Ufa
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