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Macedonia Macedonia · Preparando una
Voto de Mostro:
8
Acción. Thriller Un tal Simon siembra el pánico en las calles de Nueva York haciendo explotar una serie de bombas, y asegura que no dejará de hacerlo a menos que el agente John McClane acceda a jugar con él a un juego llamado "Simón dice". Con la ayuda de Zeus, un electricista de Harlem, el agente comienza una trepidante carrera para resolver las adivinanzas planteadas por el terrorista y, al mismo tiempo, para averiguar sus intenciones. (FILMAFFINITY)
2 de enero de 2011
36 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me encantan las películas americanas de los 90, tienen un encanto único. La saga "Die Hard" es un claro exponente de este prototipo de películas, y ésta su tercera parte pasa por ser la mejor de todas, rayando al mismo nivel que la primera y superándola a ratos.

Menudo carisma tiene el gran McClane, si es que todo lo que dice o hace es, como decirlo, es la hostia. Un héroe de acción de los grandes, que se encuentra en el momento equivocado en el lugar equivocado. Siempre que se ríe me contagia su buen humor. ¡No puedo con él!

Bruce Willis está espléndido, en el que probablemente sea el personaje más recordado de su carrera. Y saca gran partido de su personaje gracias a la compañía de Samuel "Polifacético" L. Jackson, que interpreta a otro personaje con una gran personalidad, las ideas claras, cuyos continuos diálogos son disparatados e ingeniosos.

Esos dos se comen la película, aunque no hay que restarle mérito a Jeremy Irons, un villano con otro toque de humor, ¡joder, son todos unos cachondos! Interpreta al bueno de Simon, terrorista con muy malas intenciones (y ocurrentes).

La vuelta a la dirección de John McTiernan se nota, sobretodo en las grandes escenas de acción, escenas bestiales que es lo que se necesitan, en las que McClane muestre sus habilidades mientras vuelan tiros, se vuelcan coches, aparecen explosiones por doquier, etc. Nada como ver a McClane lleno de sangre, pero ajena.

¿Algún pero? Un poco larga al final, pero no desmerece para nada todo lo que se ve. Además se acaba a lo grande, como tiene que ser.

Pese a lo anterior, esta película es una perfecta muestra de que se puede realizar una película de acción basada en un buen guión, sin tomar a la gente por idiota aunque posea elementos ligeramente increíbles (o no tan ligeramente), el más difícil todavía al que sólo puede llegar John McClane.

Un espectáculo señores.

"Vamos al puente, cogemos a ese cabrón y le sacamos la clave a hostias."

Puro McClane.
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