Si se le pregunta a cualquier jugador de fútbol por su película favorita, el 99'9% de ellos responderá que "Gladiator".

Supongo que muchos de ellos lo harán en pro de sentirse identificados con el circo mediático al que se ven abocados, en una ansia irredenta de encarnar ese ser romántico, valiente y aguerrido que es el incorruptible Máximo, (Russell Crowe) sin embargo, a diferencia del pobre Máximo, la mayoría de ellos se embolsan millonadas por dar patadas a un balón mientras la plebe les ovaciona y no les piden la cabeza.

La película como cinta de aventuras, es no sólo entretenida si no bien realizada, (aun con sus numerosos fallos históricos y técnicos) ofreciendo un espectáculo grandilocuente aunque sesgado de lo que en realidad era el circo en Roma.

Pero sin embargo de quien hay que hablar aquí es de Joaquin Phoenix, encarnado uno de sus mejores papeles, (tan sólo apocado por su interpretación en Her) de su carrera y siendo el mejor personaje con diferencia de todo el filme: un personaje loco de atar, pero infinitamente malvado y perverso, sin escrúpulos por alcanzar, se cual sea el peaje a pagar, sus metas. Que en la película es quitarse de en medio a todo aquel que ose hacerle sombra.

Aun en su infinita locura, el personaje desarrollado por Phoenix va evolucionando psicológica y estéticamente: de su mirada altiva y clara al inicio de la película con sus ropajes blancos y radiantes, va evolucionando hacia una mirada ladina, oscura e impenetrable pues su locura ya se haya desatada y el terror que impone en su hermana Lucilla y su sobrino son ralla el quicio: en especial cuando hacia el tercio final del filme se desvela la conspiración "palaciega" y les dedica un breve discurso a su hermana y su hijo, con esa frase casi vomitada hacia su hermana "¡¡¡¿¿¿¿No soy compasivo???!!!" (en inglés la voz de Joaquin Phoenix se merienda al doblador español) todo acompañado de un tema supremo "Am I Not Merciful?", compuesto por Hans Zimmer, que aun plagiando descaradamente "El Crepúsculo de los Dioses" de Wagner, logra una composición de una belleza arrebatadora por la combinación de cadencias oscuras y a la vez armonías sutiles y delicadas. Es el tema que de verdad ensalza una banda sonora que si bien es de una gran calidad, (sobre todo por la participación de la segunda voz de "Dead Can Dance", Liza Gerard) da lugar a ciertos pasajes reiterativos y ya oídos en otras obras del compositor teutón. Pero el tema que aquí nos ocupa "Am I Not Merciful?" refleja perfectamente la locura e impotencia de Joaquin Phoenix cuyo personaje se debate entre el rechazo, la envidia y el endiosamiento. Para sucumbir finalmente ante otra de las grandes escenas del filme: el encuentro previo entre un Máximo maniatado que sabe que va a recibir el beso de la cobra. Un diálogo que si bien no pasará a la historia del cine por su brillantez, si lo hará por la mirada de Phoenix, que a estas alturas de la película ya ha alcanzado el cenit de la locura misma, con unas facciones malvadas y desquiciado en su impotencia mientras suben al proscenio que les verá batirse por última vez a un emperador con un gladiador para mayor gloria del Imperio Romano.

Sin lugar a dudas, una gran película de aventuras, pero un Oscar totalmente desmerecido a un Russell Crow que lo único que impone es portento físico, mientras que Joaquin Phoenix aporta el alma y la inteligencia, (vil) a una cinta que habría sido olvidada de no ser por su villano.

En resumen: para disfrutar sin remilgos, pero no un clásico.