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México México · Tabasco
Voto de Leba:
10
Animación. Aventuras. Fantástico. Infantil La historia del viaje a casa del último Niño Foca. Después de la desaparición de su madre, Ben y Saoirse son enviados a vivir con su abuela a la ciudad. Cuando deciden volver a su casa junto al mar, su viaje se convierte en una carrera contra el tiempo a medida que se internan en un mundo que Ben sólo conoce a través de las leyendas que le narraba su madre. Pero éste no es un cuento para dormir; estas criaturas llevan en nuestro mundo ... [+]
13 de diciembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como toda buena película (o buena narración, al fin de cuentas), "La canción del mar" posee un discurso bien elaborado que apunta a los temas básicos y universales que han acompañado al ser humano siempre. Sin pretensiones de desvelar la quinta esencia de la película, las cuatro temáticas que titulan el texto servirán como excusa para redactar una reflexión en torno a este hermoso cuento.

El tema de la pérdida está retratado de una forma bastante delicada y sensible. De hecho, podemos ver cómo tres personas diferentes afrontan de tres formas distintas el dolor a través del tiempo. Tenemos en primera instancia al personaje del padre, en clara depresión; al de la niña pequeña que no dice una sola palabra, como emulando el mutismo de los pequeños después de un hecho trágico y el personaje protagonista, siempre irritado, con rencor hacia su hermana culpándola en cierto sentido. Este será un viaje entonces hacia la aceptación y la sanación.

Este viaje le enseñará al protagonista que la tristeza que lo embarga es parte del abanico de emociones que todos los seres humanos poseen. Perder emociones etiquetadas como negativas por los nuevos gurús del éxito que están de moda ahora, por ejemplo, no significa otra cosa que deshumanización. La película nos dice claramente que las emociones, aún caóticas, son nuestra esencia y deben ser por lo tanto no reprimidas, sino encausadas.

Mal encausadas están, por cierto, las acciones del personaje de la abuela, que representa una sombra indeseada en la familia. Una familia que vive al borde, con un padre que está y al mismo tiempo no, una niña que no sabe hablar; un niño que se rehúsa a establecer relación alguna con su hermana y la anciana que con las mejores intenciones termina por querer acapararlo todo. Los lazos que los unen deberán reconstruirse; pero nunca a la fuerza.

Todo esto envuelto en el místico folclor de Irlanda, cuya tradición oral sirve para contar historias con enseñanzas perennes, que preservándose a través del tiempo moldean a la comunidad y son moldeadas por ella, razón por la cual el poema "El niño perdido" de Yeats es recitado para establecer una atmósfera mágica y como preludio a los acontecimientos en una introducción tan poética como la de "Blancanieves y los siete Enanos" y tan meticulosamente construida como la de "Ciudadano Kane".

Y es que lejos de limitarse a ser una sucesión de dibujos majestuosos, la película a nivel cinematográfico está espléndidamente narrada, comenzando con los ejes que el director respeta al máximo. En lo que se refiere a las direcciones que toman los personajes al desplazarse en el cuadro, la decisión de no "saltar" los ejes hace que en la película desplazarse a la derecha del cuadro signifique algo y desplazarse a la izquierda (o mejor dicho volver a la izquierda, revisen la película y entenderán mi punto) signifique otra cosa.

Enorme cantidad de planos generales para alardear -y con justa razón- de la composición de los paisajes y la rica paleta de colores y texturas; pero utilizando recursos simbólicos que mantienen nuestra atención en el relato: ángulos bien definidos, líneas rectas y formas agudas y filosas para representar peligro; y círculos y ondas para representar calma, calidez, bienestar y los umbrales a un mundo mágico. También hay espacio para primeros planos y ángulos en picado que en una escena específica disminuyen al personaje principal de una manera poderosa mostrándonos su fragilidad.

La película está impregnada de una banda sonora espléndida por su sencillez y su capacidad de evocar voces místicas, cotidianas y naturales que le otorgan una sensación de magia y candor humano. Voces que acompañan a un protagonista que ha recorrido un largo y extraordinario viaje y que en su trayecto ha cambiado, hasta un lírico y emotivo final.

En resumidas cuentas se trata de una odisea, que no tiene mayores pretensiones que contar una historia, eso sí: inteligentemente construida, espléndidamente narrada, sensible, muy humana y profundamente emotiva. Razón por la cual se alza gloriosa ante nuestros ojos atónitos y nos damos cuenta de que la película se coló hasta tocar nuestras fibras sensibles planteándonos preguntas que llevan a reflexiones necesarias al contemplar nuestro reflejo en ella, que es a lo que aspira una obra de arte.

Somos como Ben, el protagonista, al final de esta historia ya no somos los mismos, hemos crecido y hemos sanado.
Leba
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