Sin rodeos: 'Toy Story 3' es la undécima obra maestra de Pixar, así tal cual. La malsana y vil esperanza que albergábamos algunos de que Pixar, por fin, demostrase con esta secuela que detrás de su logotipo no hay más que personas de carne y hueso se vuelve a romper en pedazos para evidenciar que el pixel de Dios está en la mano de John Lasseter y su equipo. Y es que sin recurrir a lo divino no tengo ni pajolera idea de como explicar el por qué Pixar es tan buena que parece convertir en mediocres a todos los demás... aunque la presión aumenta y la exigencia es aun mayor si cabe año tras año se las siguen ingeniando para colocar el listón de la perfección un poquito más alto. Sí, lo admito, estoy enamorado, pero es que a estas alturas quién no adore, aunque sólo sea un montón, a la prole de Luxo Jr. no se merece ni un ápice de respeto cinéfilo.

Quince años después de que la pionera 'Toy Story' revolucionase el cine de animación nos llega una tercera entrega que, en estos tiempos que cualquier film del montón colecciona secuelas impositivas, glorifica el concepto para alzarlo hasta los altares ofreciendo no ya una digna secuela, o ni tan siquiera una cinta simplemente a la altura del original, condición a la que suelen aspirar siendo optimistas la mayor parte de las secuelas que invaden la cartelera. Este maravilloso capítulo final cierra una trilogía que representa como pocas la evolución narrativa a la par que técnica que han ido experimentando sus creadores a lo largo de los años, una maduración artística que no ha hecho más que crecer constantemente para culminar, de momento, con una pieza audiovisual tan redonda y magistral que erradica cualquier duda posible sobre el potencial mágico del cine. ¿Es la mejor película de Pixar? Y todos los años con la misma pregunta... y van once.

Sé que resulta muy peligrosa para el lector una crítica tan entregada a la virtud de lo que se critica, pero es que hablamos de Pixar. Y punto. No debiera ser necesario decir más. Pixar no ha dejado de hacer lo mismo que lleva haciendo durante ya quince años, CINE con mayúsculas, y aunque suene repetitivo no deja de ser menos cierto y admirable que, una vez más, con 'Toy Story 3' vuelve a definir lo que es dar de pleno en la diana. E incluso más allá, pues una vez dejamos atrás la efusiva emoción que produce su primer visionado nos encontramos con el que tal vez sea, a los puntos, su film más redondo y completo hasta la fecha, lo que ya de por sí evidencia la basta magnitud de su alcance, y al que muy poco le podemos echar en cara siendo prácticamente inútil, a la par que absurdo, intentar sonsacar algo con lo que penetrar en la solidez de su entramado.