Hay películas con un guión mediocre que una interpretación brillante consigue a veces sacar a flote. "Todos lo saben" es el caso diametralmente opuesto: la idea original, sin ser ningún prodigio de ingenio, no está del todo mal, pero los actores protagonistas y la mayor parte de los secundarios la encharcan sistemáticamente desde el mismo comienzo. Ya sé que Javier Bardem y Penélope Cruz son dos vacas sagradas en España, basta leer las críticas. Después de haber visto esta obra para mí es un auténtico misterio que Carlos Boyero -por citar solo a uno- pueda escribir, "Cruz encarna admirablemente el vértigo de quien puede perder lo que más ama". Penélope Cruz nunca ha sido otra cosa que una cara bonita sin el más mínimo talento; un vacío casi perfecto. En esta película se supera a sí misma, sobreactuando de una manera tan grotesca que llega a dar vergüenza ajena. A estas alturas ya debería ser evidente que la pobre no aprenderá a interpretar ni con agua bendita.
Sin llegar a tales extremos, pues de esto sabe un poco más que su señora, Javier Bardem no es más que otro producto de marketing. Se ha especializado en papeles que requieren mucha testosterona, así como en poner cara de palo. En cuanto tiene que matizar un poco la pifia, cayendo en una falsa naturalidad que resulta bastante penosa, por no decir irritante. Del resto del elenco se salvan una señora mayor que soy incapaz de identificar, Eduard Fernández, un chico joven que tampoco conozco y, por supuesto, Ricardo Darín.
Lo mejor de esta película es la notable ambientación y el trabajo de cámara, que consigue sacar todo el partido posible a la belleza mesetaria de Torrelaguna.
Para terminar, solo hacer notar que, como suele ser habitual últimamente, el director trata de colarnos subliminalmente un par de morcillas multiculturalistas. El que paga manda. Tratándose de un director con una trayectoria tan notable como Ahsgar Farhadi, me parece aún más lamentable, pero qué le vamos a hacer... Ya en la misma entrada del cine había una instalación sobre el tema de la "inmigración" bajo el rótulo "Personas que se mueven" (lo cual tiene su qué, ya que da a entender que los demás estamos paralizados). Al parecer ya no hay ninguna diferencia entre un cine de provincias y la sede de alguna ONG de Soros.