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Voto de carlos bosch benitez:
3
Romance. Drama Adèle (Adèle Exarchopoulos) tiene quince años y sabe que lo normal es salir con chicos, pero tiene dudas sobre su sexualidad. Una noche conoce y se enamora inesperadamente de Emma (Léa Seydoux), una joven con el pelo azul. La atracción que despierta en ella una mujer que le muestra el camino del deseo y la madurez, hará que Adèle tenga que sufrir los juicios y prejuicios de familiares y amigos. Adaptación de la novela gráfica "Blue", de Julie Maroh. (FILMAFFINITY) [+]
5 de noviembre de 2013
33 de 60 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que fue Borges quien dijo algo así como que el cine francés no tiene otra meta que parecerse lo menos posible al americano. Si hubiera vivido para conocer el nuevo cine francés tal vez habría añadido una segunda meta: reflejar lo menos posible el país real.
Uno diría viendo esta película y sus armoniosas escenas de convivencia multicultural y multiracial, que no es este el país donde cada cierto tiempo arden los suburbios. O donde basta rascar un poco a los nativos para que la xenofobia salga a flor de piel. O donde Marine Le Pen arrastra el voto de una buena parte de la población.
Uno podría pensar que todo ello ocurre en Marte, no en Francia, al igual que viendo los últimos subproductos de Almodóvar uno llegaría a pensar que los españoles vivimos en mansiones de diseño con piscina.
Esta película, en mi opinión, tiene un lado propagandístico que comparte con buena parte del cine subvencionado francés. Cosa muy lógica por otra parte: el que se salga de la fila, no mama.
Por lo demás no es más que basurilla políticamente correcta, buenismo ramplón con pretensiones de gran cine.
Como gay fracasado, algo homófobo y un poco amargado, tengo que reconocer que me revientan las historias que idealizan el mundo gay. En el fondo me parecen tan discriminatorias como las condenas inquisitoriales. Esta película tan elogiada tiene en mi opinión todo ella un regusto a cosa postiza, que no se lo salta un caballo. Una muestra: "Hola, ¿qué tal estás?" - "Muy bien, ¿y tú?"- "Bien" - "Genial". Esta pauta de diálogo (y su variante "Me alegro de verte"- "Yo también me alegro mucho de verte"), que se repite constantemente, es un buen ejemplo de lo que da de sí esta película .
Tampoco quiero ser totalmente negativo, hubo algunas escenas- ahora no recuerdo cuáles- que no están mal y que me obligaron a salir de mi sopor y a abrir los ojos de vez en cuando. Y no me refiero a las escenas de sexo lésbico precisamente, que me parecieron también más falsas que un duro sevillano. Aún está por nacer el director que consiga que una escena de sexo no resulte absolutamente previsible y convencional. La única excepción que recuerdo es Stanley Kubrick en "La naranja mecánica".
Lo que ocurre es que los amores de una nena de liceo un poco pepona y su amante, una pseudopintora pedorra y tan insoportable como sus amigos intelectualoides, dan como mucho para un rato, no para tres horas. Todo el resto es relleno francés: hablar de Sartre, de Klimt y de cualquier otra cosa que no tenga sangre en las venas.
Además, a lo mejor me equivoco, pero todo en esta película me suena trasnochado, desde los terribles tormentos interiores de la protagonista hasta las manifestaciones reivindicativas festivas de jóvenes repelentes. Por no hablar de las escenas en bares gay y sus descerebrados habitantes, que parecen participar en algún concurso de morreo permanente.
Tampoco tienen desperdicio las cenas en familia, que tanto en un caso como en otro son dignas de un telefilm para la sobremesa del domingo. Especialmente vomitiva la horrenda familia liberal de la pintora de marras, absolutamente fusilable.
Una de dos, o bien en Cannes no andaban sobrados de talento o, si no, es que le han dado el premio por el tema, que les debe parecer muy transgresor. A mí me ocurre exactamente lo contrario: ésta me parece una película nada honesta, oportunista, convencional y, en el fondo, absolutamente conformista. Y aburrida.
Me olvidaba de la interpretación: la protagonista no lo hace mal del todo. No así su odiosa partenaire, que no parece tener muy claro donde acaba la naturalidad y empiezan la falsa naturalidad y el amaneramiento.
En resumen, tres tediosas horas de tópicos progres. Y lo peor es que esto sólo es el aperitivo, el director amenaza con nuevas entregas...
carlos bosch benitez
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