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Voto de carlos bosch benitez:
1
Thriller. Acción. Ciencia ficción Armado con tan solo una palabra –Tenet– el protagonista de esta historia deberá pelear por la supervivencia del mundo entero en una misión que le lleva a viajar a través del oscuro mundo del espionaje internacional, y cuya experiencia se desdoblará más allá del tiempo lineal. (FILMAFFINITY)
27 de agosto de 2020
39 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este señor, el tal Nolan, tiene en su haber dos de las películas más descerebradas que conozco, "Origen" y "Tenet". A mi entender lo más destacable de su cine es el el elevado presupuesto: no parece tener límite a la hora de gastar. Quienes financian su engendros saben muy bien lo que hacen pues, si uno no se anda con cuidado, es fácil salir de la sala con algún tipo de lesión cerebral. Suponiendo, claro está, que uno haya entrado ileso...

Otra característica notable es que (al menos ese es mi caso) ya desde los primeros minutos induce una especie de estado meditativo profundo. Un tipo bastante peculiar de autodefensa frente al aburrimiento, posiblemente un recurso de emergencia que permite desconectar fácilmente de lo que sucede en la pantalla. Se lo recomiendo a todo el mundo, es gratis, nada difícil de alcanzar y resulta bastante placentero. Con el añadido de que tampoco hace falta interrumpirlo durante las dos horas y media que dura la proyección, salvo para mirar el reloj de vez en cuando.

La receta "made in Nolan" para sacar películas como churros viene a ser más o menos así:

1.- Cójase un tema cualquiera que suene mínimamente esotérico o extravagante, ya sea robar los sueños, invertir la entropía, o comunicarse con el futuro. Cualquier cosa vale, en realidad, y cuanto más sobada mejor. La mayor parte del público ni siquiera se va a enterar.

2.- Aderecemos todo ello con abundante palabrería seudocientífica tomada de algún suplemento dominical. Aunque creo que aquí me estoy pasando de intelectual. En realidad, teniendo en cuenta el nivel mental del espectador medio de nuestros días, al director casi ni le hace falta saber leer, no ya suplementos, sino ni siquiera su propio nombre en mayúsculas o escrito con letra redondilla.

3.- Superpongamos a lo anterior una banda sonora apabullante, para que el espectador desconecte cualquier posibilidad de raciocinio, y así desaparezca cualquier atisbo de pensamiento articulado.

4.- Alternemos escenas de acción trepidante con otras de corte, digamos, sentimental. Lo que sea, con tal de no dar al público ni un minuto de tregua... No vaya a ser que a alguien se le ocurra reflexionar un poco, y se nos fastidie el invento.

5.- A la hora del casting escojamos algunos de los actores con más cara de tonto del planeta, con la condición, eso sí, de que sean buenos acróbatas. Esta es la parte más dura del rodaje, pues aquí la competencia es atroz. Así es cómo, tanto en el caso de esta película como en Origen, el responsable de la selección ha conseguido la difícil proeza de que incluso una vieja luminaria como Michael Caine parezca medio imbécil. Lo cual, para ser justos, tiene su mérito.

6.- Llenemos el guión de personajes aún más planos que el encefalograma del autor. Lo que importa aquí es que sean más propios de algún videojuego para nenes un poco retrasados, que de una película dirigida a personas adultas con criterio. Una vez más, el público no va a notar ninguna diferencia.

El resto es el relleno habitual: paisajes exóticos y deslumbrantes, escenarios lujosos, combates cuerpo a cuerpo y testosterona al por mayor, persecuciones por tierra mar y aire y frases memorables. Mi favorita esta vez ha sido:

"¡Serrás mía, o no serrás de nadie!"

Sírvase todo ello frío o caliente tras dos o tres docenas de instrucciones de "seguridad", e ingiérase con un bozal que cubra bien la napia.

Todo sea por nuestro bien...
carlos bosch benitez
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