Modesto aunque más que logrado drama ambientado en una convención de vendedores. El escenario es único (un hotel) y los actores no son demasiados pero la calidad de un guion que va directo a una idea, y el buen hacer de los actores se impone por encima de su presupuesto haciéndola parecer mucho mejor de lo que en realidad es. La historia es simple y puede que no diese a primera vista para un largometraje pero funciona bien (aunque alarga innecesariamente las escenas entre Antonio Dechent y María Valverde a mitad de película). La sensación de amargura es cada vez mayor y al final nos queda el alivio de que solo es una película o que no somos como lo que hemos visto. Es modesta y no cuenta demasiado pero también es honesta y consigue entretener y hacernos reflexionar. Como una versión hispana del mejor David Mamet. A destacar a Antonio Dechent quien soporta todo el peso de la película sobre sus hombros con una maestría inusual, una interpretación fantástica que nos transmite emociones donde las palabras no llegan.