Excelente película que retrata la vida de un líder activista de los derechos homosexuales convertido posteriormente, casi por azar, en un renombrado político, tanto por sus acciones como por su exuberante personalidad. Sean Penn se luce con una actuación realmente sorprendente y sólida.

Tras una vida sin mucho que contar, Milk decide luego de su cumpleaños cuarenta darle un giro a su vida, es así como llega a San Francisco y cambia su existencia totalmente. Deberá enfrentarse tanto a la opresión policial, como de la sociedad misma, que en los años setentas veían a los homosexuales como bestias.

Poco a poco se fue forjando como hombre de negocios, haciendo que la unión de sus pares le diera al movimiento gay un poder que parecía imposible de tener, todo en base a sus ideales y obtener (o por lo menos evitar perder) derechos vitales para cualquier persona que vive bajo una constitución.

Gracias a esto logró reunir un grupo de compañeros de trabajo (convertidos con el pasar de los años en personas de importancia en los movimientos homosexuales), con los cuales hizo frente a individuos y organizaciones inescrupulosas y con pensamientos de la edad media, perseverando siempre ante el fracaso.

Paralelamente a esto, se muestra la vida amorosa de Milk, tenuemente se da información sobre sus relaciones pasadas, y de una forma más concisa se muestra en su relación con Scott y posteriormente con Jack. Así mismo los problemas que su ajetreada agenda política le trajo con su pareja.

Un filme para ver con la mente abierta, alejado de cualquier encierro mental que haga que se nos revuelva el estómago con ciertas escenas. Una película entretenida, que emociona y consterna en partes iguales, un reparto que se muestra extraordinario y entregado a tan emotiva y sensible historia. Recomendada.