Existe una frase que dice “la violencia genera violencia”, este parece ser el caso de Sumner, que tras sufrir diversas discriminaciones, humillaciones y ser acosado constantemente por sus nuevos vecinos, esto hizo que se formara en él un deseo de venganza que, en cierto momento de la película bajo la excusa de proteger su hogar y a cierto individuo (de mala reputación) que se encontraba en ella, desencadeno una noche de ira y furia.

Después de poco más de una hora tranquila, donde se muestra cada uno de los personajes, aparece un desenlace excepcionalmente lleno de adrenalina donde David, luego de ser agobiado de forma tan constante, se propone defender a cualquier costo a su mujer, su casa y al individuo antes mencionado.

El final, me dejó a mí con la sensación y el deseo del personaje de huir de tantos problemas, tal vez alejarse de su mujer (emocionalmente inestable y al parecer, sin saber lo que quiere) o bien, ver a Sumner alejándose de todo el caos formado durante esa noche, seguramente con el afán de volver a ser un hombre “normal”, alejado de cualquier tipo de problema, como siempre lo había sido.