Miguel Gomes presenta una película con una historia que pareciera ya muy socavada entre tanto cine, una historia de amor imposible, sin embargo, Tabu es una obra impecable, por la forma en como Gomes logra transmitirnos todo lo que sucede en pantalla.

De ahí que el trabajo de guión, compuesto en conjunto entre el director y la actriz Mariana
Ricardo (segunda colaboración como guionistas, también ella ha actuado en una película de Gomes) es lo que le da fuerza a un film que pudo haberse perdido en la banalidad de lo que cuenta, y es que la película es mucho más grande de lo que uno puede llegar a pensar en algún momento.

La trama está dividida en dos partes (al igual que la película homónima de F.W. Murnau estrenada en 1931), Paraíso perdido y Paraíso. En la primera seguimos la vida de la Aurora (Laura Soveral) una anciana cuya única hija se encuentra en Canadá, Santa (Isabel Cardoso) la sirviente africana contratada por su hija para cuidarla y atenderla, y finalmente Pilar (Teresa Madruga), su vecina.

En ésta primera parte, se nos muestra a los personajes, como conviven y los problemas que llevan cada una (Aurora el juego, Pilar ¿el amor?), además la anciana reclama el trato grosero que recibe por parte de su empleada pensando que es algo como un castigo divino.

En la segunda parte, se muestra parte de la juventud de Aurora (Ana Moreira), una extraordinaria voz en off va contando algunos sucesos importantísimos y la ya mencionada historia de un amor imposible, hechos que marcaron para siempre la vida de la protagonista y de las personas que en ese momento estaban a su alrededor.

Tabu es una joya, un extraordinario film que cuenta con una excelente fotografía en blanco y negro, un guión magnifico donde hay que prestar mucha atención a cada detalle, una película deslumbrante, hipnótica y que va seduciendo al espectador conforme avanza, está llena de simbolismos, de amor, de creencias, de luchas y de pasión.