Haz click aquí para copiar la URL
Costa Rica Costa Rica · Guápiles
Voto de 10P24H:
10
Drama Ante la proximidad de la muerte de una de ellas, tres hermanas se reúnen en la vieja mansión familiar. Una vez en la casa, comienzan a recordar el pasado, y cuando la enferma entra en la agonía desvela la parte más oscura y tortuosa de su vida. (FILMAFFINITY)
18 de abril de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Condensada en hora y media de duración, Ingmar Bergman ofrece un durísimo relato centrado en tres hermanas y su criada, Agnes (Harriet Andersson) padece de una enfermedad terminal que la tiene al borde de la muerte, pasa sus días en la mansión familiar al lado de Anna (Kari Sylwan), la abnegada sirvienta que la cuida día y noche.

Por su parte, Maria (Liv Ullmann) y Karin (Ingrid Thulin), las hermanas de la enferma, se mantienen en la casa debido al inevitable destino que le depara a su hermana, esta comunión de las mujeres resulta todo menos pasiva, primero por la compleja situación vivencia, sino también por viejas rencillas que han estado atrapadas en el pecho y mente de las protagonistas.

De esta forma, Bergman, fiel a su costumbre como cineasta de autor es escritor del guion, no pierde tiempo en plantear los conflictos entre las hermanas, con un personaje en medio que es todo menos invisible y que parece se ola más sensata de las cuatro, el realizador hurga mediante flashback en ciertas escenas del pasado de las hermanas que las marcó y que marcan al espectador.

¿Personajes masculinos? Hay cuatro, los maridos de Maria y Karin, el pastor luterano, así como el doctor de la familia, todos son también detonantes de las emociones que el trío de hermanas expresan a lo largo del metraje, aunque poco tiempo en pantalla, como nada sobra en este filme, sus intervenciones puntuales son relevantes para conocer el actuar de las protagonistas.

Aunque no es el primer largometraje de Ingmar Bergman a color, acá realiza junto con Sven Nykvist -su acostumbrado director de fotografía-, un enorme trabajo con este formato, a pesar de lo reacios que se encontraron en su momento al color, acá inundan la pantalla con los tonos rojos, fiel muestra de pasión, deseo y amor, pero también de ira y venganza.

Contrastan estos tonos con los blancos impávidos que presentan la mayor parte del tiempo la vestimenta de las actrices, frente a los tonos oscuros e impávidos de los hombres. Todo en un escenario enorme, mansión, cuarto, jardines que en ocasiones se cierran a primeros planos de las expresivas actrices que hacen un enorme trabajo.

Obra maestra.
10P24H
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow