A pesar de no considerarme un fan incondicional de Tarantino, la noticia de un nuevo estreno del director de Knoxville a finales de septiembre me causó cierta curiosidad... La historia que nos ofrecía no pintaba mal. Tal vez, podría ser una de las pocas películas por las que valdría la pena acercarse hasta un cine este año. Pasaron los meses y al fin llegó el estreno... Al entrar en la sala, me invadió una mezcla de euforia y un prudente, pero contenido miedo a irme para casa con una seria decepción.
El resultado, improbable de imaginar... Tan sólo el decir que cuando acabó el film tardé en saber en dónde me encontraba, lo puede resumir todo... IMPRESIONANTE, un magnífico trabajo. Así podría definirse la película. Pero algo de esta magnitud se merece algunas líneas más. Es un merecidísimo homenaje al cine, que te hace recordar con gratitud lo grandioso que puede llegar a ser el séptimo arte. Una dirección y un montaje minuciosos, con planos precisos, elegantes... Actuaciones muy notables en general, sobresaliente en el caso de Christoph Waltz y Mélanie Laurent y tal vez algo menos brillantes en el caso de la cuadrilla de "Bastardos" e incluso del propio Brad Pitt. Lo mejor, a mi parecer, los diálogos. Estos tantas veces ingeniosos y otras tantas veces absurdos, a los que ya nos tiene acostumbrado Quentin, brillan en "Inglourious Basterds". Inolvidables escenas, como las del principio del film o la escena ocurrida dentro de la taberna con el alto mando nazi... y ya no digamos el impredecible final. Se podría definir como un brebaje diseñado con las mezclas exactas de comedia, violencia, acción, intriga... estudiadas para no dejar a nadie indiferente. Uno sale del cine con la sensación de haber sufrido un enorme shock.
Pero puede que esto no llegue... Alguien podría pensar: " Está bien, pero.... ¿esto es suficiente?"
Mi mejor consejo, es que juzguen ustedes mismos y vean esta película. Les guste o no, el tiempo perdido será mejor invertido que si estuvieran viendo Gran Hermano o cualquier otra porquería tan presentes en la "imprescindible" televisión de hoy en día...
Por todos es conocido lo polémico que es Quentin Tarantino y sus "manías cinematográficas" y es comprensible que estos argumentos le hagan a más de uno alejarse de su proyección. Pero a los verdaderos amantes del cine, a la gente que realmente valora y siente lo que es el séptimo arte, a estas personas les acompaño a que tomen asiento y disfruten de casi tres horas de cine en estado puro.
Les invito a este atrevido e inolvidable viaje y les diría que apartaran por un momento sus prejuicios "tarantonianos". Estoy seguro de que nos les defraudará. Qué enorme satisfacción y que tranquilidad dá el saber que todavía se puede hacer arte y no solo producir bazofias comerciales hollywoodienses a las que debería prohibirse considerarse como cine. Tarantino estaría contento si supiera que esta noche, se ha ganado otro fan.
Un merecido aplauso.
Muchas gracias Quentin