Décima película de la saga del famoso agente 007 dirigida por Lewis Gilbert, en esta ocasión James Bond es enviado a El Cairo para investigar la desaparición de dos submarinos, uno británico y el otro soviético contando con la ayuda de la espía rusa Anya Amasova (Barbara Bach).
"La espía que me amó" es sin duda una buena película de espías que contiene todo lo habitual y más destacado de la saga como las exóticas localizaciones, hermosas mujeres, gadgets ingeniosos, memorables villanos y un Roger Moore que encarna con gran acierto a James Bond dotándolo de su particular sentido del humor. El villano que pretende acabar con la humanidad en esta ocasión está interpretado por Curt Jurgens, pero el que verdaderamente destaca es su ayudante apodado "Tiburón" (Richard Kiel), un gigante de más de dos metros con dientes metálicos que también apareció en "Moonraker" y que se convirtió en uno de los personajes más icónicos de la saga.
La película, algo extraño y poco habitual consiguió tres nominaciones a los Oscars aunque no ganó ninguno, aún así es buena película fiel al estilo Bond que divierte y entretiene. Recomendable.