Media votos
7,6
Votos
282
Críticas
62
Listas
3
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Laura:
10
7,2
29.070
Romance. Drama
Elio Perlman (Timothée Chalamet), un joven de 17 años, pasa el cálido y soleado verano de 1983 en la casa de campo de sus padres en el norte de Italia. Se pasa el tiempo holgazaneando, escuchando música, leyendo libros y nadando hasta que un día el nuevo ayudante americano de su padre llega a la gran villa. Oliver (Armie Hammer) es encantador y, como Elio, tiene raíces judías; también es joven, seguro de sí mismo y atractivo. Al ... [+]
1 de febrero de 2018
16 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras las nominaciones a los Oscar, de hace unos días, son muchas las quinielas y las opiniones de quienes ven a una u otra cinta con opciones de triunfo. Sin embargo después de ver Call me by your name da la sensación que ninguna podrá igualar los niveles de preciosismo, sensibilidad, profundidad y valentía de la cinta de Guadagnino.
Entrando en la trama, Call me by your name se sitúa en el verano de 1983 para contarnos la historia de amor entre Elio, un joven de diecisiete años, y Oliver, el ayudante de su padre (arqueólogo). Desde un principio vamos a asistir a la fuerza del deseo y la atracción, que poco a poco se va a ir produciendo en los dos personajes. Si bien al inicio Elio se va a mostrar más indiferente y poco receptivo, ante las formas de Olivier que tilda de poco educadas y arrogantes, con el paso de los días y las excursiones que ambos emprenden, todo va a ir aclarándose. Elio va a descifrar sus emociones y Oliver va a conseguir mostrarse tal y como es, un hombre bueno y de gran corazón, muy alejado de su imagen de seductor insaciable. Para ello la pareja de enamorados pasará por varias fases, que podemos definir como atracción, frustración, consumación, felicidad al saberse correspondido, melancolía y curación. Pero en este devenir resultan muy importantes los puntos de giro del guión, siendo especialmente significativa la secuencia en la que ambos hablan sobre una imponente escultura, de una de las múltiples matanzas de La Primera Guerra Mundial.
Más en planoamericano.wordpress.com
Entrando en la trama, Call me by your name se sitúa en el verano de 1983 para contarnos la historia de amor entre Elio, un joven de diecisiete años, y Oliver, el ayudante de su padre (arqueólogo). Desde un principio vamos a asistir a la fuerza del deseo y la atracción, que poco a poco se va a ir produciendo en los dos personajes. Si bien al inicio Elio se va a mostrar más indiferente y poco receptivo, ante las formas de Olivier que tilda de poco educadas y arrogantes, con el paso de los días y las excursiones que ambos emprenden, todo va a ir aclarándose. Elio va a descifrar sus emociones y Oliver va a conseguir mostrarse tal y como es, un hombre bueno y de gran corazón, muy alejado de su imagen de seductor insaciable. Para ello la pareja de enamorados pasará por varias fases, que podemos definir como atracción, frustración, consumación, felicidad al saberse correspondido, melancolía y curación. Pero en este devenir resultan muy importantes los puntos de giro del guión, siendo especialmente significativa la secuencia en la que ambos hablan sobre una imponente escultura, de una de las múltiples matanzas de La Primera Guerra Mundial.
Más en planoamericano.wordpress.com
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Es aquí cuando Elio toma las riendas y le confiesa a Oliver lo que quiere saber del otro. Hay un momento en el que Oliver desparece del plano y Elio repite lo que siente, lo que no se atrevía a decir, pero que necesita compartir. Elio lo repite con fuerza e inmediatamente somos testigos de lo que sienten y de que quieren lo mismo y por ello los dos pueden retomar su plácido viaje en bicicleta. Una muestra de la calidad del guion que es capaz de emocionar a través de los subtextos y sin necesidad de rellenar las hojas de diálogos (es muy bonita la secuencia en la que Elio llama a su madre, tras despedirse de Oliver, y acaba derrumbándose). Aunque obviamente los guiones están creados a partir de palabras y la secuencia final entre Elio y su padre resulta memorable y enternecedora. Porque Mr Perlman le habla a su hijo de tolerancia y de no arrepentirse de sentir lo que ha sentido, por mucho que en el momento duela o parezca que es extraño.
Todo el guion está repleto de simbolismos de gran belleza y profundo significado. Por ello será importante la mano que encuentran, al inicio, en la playa y que simboliza el inicio de la apertura al otro. También adquiere gran valor simbólico la medallita, con la estrella de David, que lleva Oliver y que sirve como elemento de unión entre ambos. Sin olvidar el reloj que Elio no para de mirar en los momentos previos a su encuentro con Oliver y que su padre le entrega, en un momento simbólico, antes de que se vaya a la cama. Pero también otros momentos, aparentemente menos trascendentes, como cuando el padre de Elio rompe sus reglas y deja que Oliver sea su copiloto, para disgusto de Elio, que quizás no sabe que su padre se ha dado cuenta de todo y por ello se muestra más abierto con su ayudante.
Sin embargo, nada de esto hubiera cuajado sin la maravillosa interpretación de Timothée Chalamet que consigue trasmitir verdad y humanidad, a cada una de las secuencias, a través de su mirada y su expresión corporal. Guadagnino acierta al elegir a Chalamet para dar voz a este personaje anómico, que parece recluido en su literatura, sus tardes al piano y sus baños en el río; pero que en el fondo se muestra como una especie de líder de la resistencia pasiva. Es verdad que Elio mantiene una relación minimalista con el cuerpo, basada en la inseguridad y la exploración, pero al mismo tiempo es una especie de rebelde alejado de la cultura de la imagen y centrado en el cultivo del intelecto. Un rebelde que además tiene éxito en sus relaciones con las chicas y que hace uso de sus conocimientos sin reparos o vergüenzas.
Asimismo resulta muy interesante la relación que se puede establecer entre el concepto de amor líquido, desarrollado por Zygmunt Bauman, y la historia de amor de Call me by your name. Al igual que les sucedía a Céline y Jesse en Antes del amanecer (Richard Linklater, 1995), el romance entre Elio y Oliver se desarrolla por caminos alejados de la tradición y de los modelos típicos de conquista. Los dos hombres no deben aparentar ser quienes no son, sino que obtienen la atracción mutua a través del reflejo de sus pupilas. Y lo que es más importante y emparenta la historia, con la cinta de Linklater es que su amor nace a sabiendas de que su destino es difuso, porque el ayudante del padre abandonará a la familia al final el verano. Así que tanto personajes como espectadores asistimos al atrayente verano, con el famoso carpe diem tatuado en la frente. Pero como sabíamos el verano debe llegar a su fin, para dar una oportunidad al invierno y a la nieve. Un periodo de recluimiento y de introspección que servirá para curar el mal de amores y para darse cuenta de, que como avisaba Mr Perlman, los copos de nieve no caen nunca en el lugar equivocado.
Más en planoamericano.wordpress.com
Todo el guion está repleto de simbolismos de gran belleza y profundo significado. Por ello será importante la mano que encuentran, al inicio, en la playa y que simboliza el inicio de la apertura al otro. También adquiere gran valor simbólico la medallita, con la estrella de David, que lleva Oliver y que sirve como elemento de unión entre ambos. Sin olvidar el reloj que Elio no para de mirar en los momentos previos a su encuentro con Oliver y que su padre le entrega, en un momento simbólico, antes de que se vaya a la cama. Pero también otros momentos, aparentemente menos trascendentes, como cuando el padre de Elio rompe sus reglas y deja que Oliver sea su copiloto, para disgusto de Elio, que quizás no sabe que su padre se ha dado cuenta de todo y por ello se muestra más abierto con su ayudante.
Sin embargo, nada de esto hubiera cuajado sin la maravillosa interpretación de Timothée Chalamet que consigue trasmitir verdad y humanidad, a cada una de las secuencias, a través de su mirada y su expresión corporal. Guadagnino acierta al elegir a Chalamet para dar voz a este personaje anómico, que parece recluido en su literatura, sus tardes al piano y sus baños en el río; pero que en el fondo se muestra como una especie de líder de la resistencia pasiva. Es verdad que Elio mantiene una relación minimalista con el cuerpo, basada en la inseguridad y la exploración, pero al mismo tiempo es una especie de rebelde alejado de la cultura de la imagen y centrado en el cultivo del intelecto. Un rebelde que además tiene éxito en sus relaciones con las chicas y que hace uso de sus conocimientos sin reparos o vergüenzas.
Asimismo resulta muy interesante la relación que se puede establecer entre el concepto de amor líquido, desarrollado por Zygmunt Bauman, y la historia de amor de Call me by your name. Al igual que les sucedía a Céline y Jesse en Antes del amanecer (Richard Linklater, 1995), el romance entre Elio y Oliver se desarrolla por caminos alejados de la tradición y de los modelos típicos de conquista. Los dos hombres no deben aparentar ser quienes no son, sino que obtienen la atracción mutua a través del reflejo de sus pupilas. Y lo que es más importante y emparenta la historia, con la cinta de Linklater es que su amor nace a sabiendas de que su destino es difuso, porque el ayudante del padre abandonará a la familia al final el verano. Así que tanto personajes como espectadores asistimos al atrayente verano, con el famoso carpe diem tatuado en la frente. Pero como sabíamos el verano debe llegar a su fin, para dar una oportunidad al invierno y a la nieve. Un periodo de recluimiento y de introspección que servirá para curar el mal de amores y para darse cuenta de, que como avisaba Mr Perlman, los copos de nieve no caen nunca en el lugar equivocado.
Más en planoamericano.wordpress.com