Cuando uno se dispone a ver una cinta de este tipo debe ser consciente de qué se va a encontrar, más o menos, porque si se espera una obra maestra del humor o elementos novedosos de comedia pues evidentemente que no es la adecuada.

El Oro de Moscú nos presenta a una historia con cierto gancho, la de la búsqueda del famoso oro de Moscú de la Guerra Civil, que casi me atrevo a decir nunca se había tratado como tema central en una película, y eso ya es un punto a su favor que te atrae. Después viene lo difícil, que es cómo canalizarla. Al ser comedia, como es costumbre, mayormente se desarrolla de manera rocambolesca, pero medianamente asumible.

En el aspecto de los personajes, el pusilánime de Santiago Segura y Alfredo Landa, aún con el cliché franquista, son los mejores a mi parecer. Acompañados de un reparto que no se excede salvo, quizá, Concha Velasco. Resines contenido en su ideología roja contrapuesto al facha Alfredo Landa consigue varios momentos positivos y hasta Bonilla haciendo de gañán no cansa. Además, creo recordar que no hay tetas gratuitas salvo una escena al principio con Andrés Pajares, y es dentro de un gag, así que hasta en ese aspecto no baja a la ranciedad absoluta.

En resumen, como indico en mi puntuación y título de crítica, pasable porque podría haber sido mucho peor.