Esta película, la número 25 de la productora, hará las delicias de quien siempre encontraron en Disney algo edulcorado y demasiado infantil. Basada en la serie de libros “Las Crónicas de Prydain”, la película nos narra una aventura épico-fantástica cercana al Universo de Tolkien (no en vano el autor de las novelas, Lloyd Alexander, se inspiró en ellas). Esta vez el protagonista es un porquero con ínfulas de héroe que tiene que custodiar, como no, a una puerca adorable. No es para nada como la mayoría de films animados Disney, sino que está más cercana a una aventura fantástica o a las películas de espada y brujería. Aquí tenemos una historia oscura ambientada en bosques negros, cuevas subterráneas, mazmorras, habitadas por personajes fantásticos como gnomos, brujas pechugonas, taimadas y salidas, algunas, y dragones, que bien podrían haber dado para una película de acción real, pues hasta se ve sangre. Lo único que conserva en similitud al mundo Disney es el aprendizaje moral donde Tarón reconoce lo que verdaderamente es. Es una animación más adulta que de costumbre, incluso mezcla fondos reales como los del cielo. Además posee tramos verdaderamente siniestros, como son los protagonizados por el Rey Horned. El diseño del malvado Rey es de los mejor de la cinta, cercano a una calavera viviente. Junto a la bella princesa Helena y al juglar Fausto Flama, además de tropezarse con la extraña criatura Dallben, un ladronzuelo que al principio le cae como un incordio para finalmente convertirse en su mejor amigo. Tarón vivirá una gran aventura protegiendo a su dulce cerdita e intentando derrocar al malvado rey. Hay una referencia a la obra Macbeth, o más bien un homenaje, en las tres brujas a las que les gusta el trueque.
De los 25 millones de dólares que costó no recuperó la inversión y casi significó el cierre de la compañía. A pesar de eso es un título interesante, además de por lo atípica que resulta ya que no contiene canciones ni momentos musicales, ni siquiera la historia de amor entre Helena y Tarón resulta empalagosa, es más ella nos cae algo repelente de lo cursi que es, y es un film animado rodado en 70 mm, algo que no se hacía desde “La Bella Durmiente”. Cabe mencionar que John Huston prestó su voz como narrador así como John Hurt al Rey Horned y que la banda sonora corrió a cargo del gran Elmer Bernstein.