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España España · Lleida
Voto de Uma:
7
Drama Charles Horman (John Shea), un joven e idealista periodista norteamericano, desaparece de su domicilio en Santiago de Chile tras el golpe de Estado del general Augusto Pinochet (11-9-1973). Su mujer (Sissy Spacek) y su padre (Jack Lemmon), que se traslada allí desde los Estados Unidos, intentan averiguar su paradero y vivirán una auténtica odisea recorriendo las instituciones diplomáticas norteamericanas y tropezando con infinitas trabas burocráticas. (FILMAFFINITY) [+]
19 de enero de 2022
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una excelente película que, a través de una sobria y pausada narración personal, puesta en contraste constantemente con el conflicto político, lo que tensiona permanentemente el hilo argumental de la película, y a través de unas excelentes interpretaciones, consigue una cuasi subrogación del espectador en la realidad de hallarse en un estado de excepción, de caos y de miedo como es un golpe de estado. Jack Lemmon intenta mantener la calma, ir paso a paso, al principio es más de reprochar a su hijo desaparecido el lio en el que se ha metido que no de censurar lo que pasa a su alrededor. Esa pausa racional, que va a destiempo de los acontecimientos y de la angustia que le rodea, y la evolución que a la fuerza realiza el personaje, produce un efecto aterrador. Y es que pocas cosas dan más miedo que cuando el estado se pone a pegar tiros. Nada deja a los ciudadanos tan desprotegidos.

Veo críticas que justifican el golpe de estado en Chile diciendo que Allende era un extremista de izquierdas. Pues vamos bien. Hay gente de derechas que tiene tendencia a ser muy demócrata cuando ganan ellos, pero cuando pierden, pues oye, vamos a salvar el mundo con un golpe de estado. Tambien los habra de izquierdas que piensan igual. Mal vamos. Allende fue escogido democráticamente, mantuvo sin mácula el estado de derecho durante tres años, lo que significa que los ciudadanos tenían intactos sus derechos, y el estado estaba sometido a la ley y a la justicia. Allende no se apropió del estado. Eso es la democracia, aceptar la alternancia, aceptar que gobierne quien no es de tu color político, manteniendo a salvo las normas básicas que nos permiten convivir a todos. Antes que de un lado o de otro, tenemos que recordar que somos demócratas, y eso es lo primero que todos juntos tenemos que defender. Pinochet acabó con el estado de derecho a tiros, y no hay nada más que decir. Que haya quien justifique ese terrible y criminal golpe de estado, tiene que darnos mucho miedo.
Uma
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