Una antigua compañera de trabajo me dijo que era su película favorita. De eso han pasado cuatro años. De ella recuerdo que era una persona excelente, divertida, agradable, simpática, pero tras ver este film le encontré un gran defecto. No tiene ni puta idea de cine. La llamé para comunicarle mi amarga decepción, no era para menos.

Terry Gilliam, te lo perdonaré este fallo pues al menos tu has hecho cosas grandiosas, como formar parte de Monty Phyton, pero lo que es el cine de ciencia-ficción, o lo que cojones sea esta película, pues, a mi entender, o la hiciste puesto de LSD hasta las trancas o tu mente está enferma.

Las peores actuaciones de Willis y Pitt que les he visto. Les confieso que son dos de mis actores favoritos, pero creo que en cierto momento de 1995 tuvieron serios problemas con las drogas y el resultado es esta penosa cinta, de la cual sólo se salva el final, por cierto.


La música es horrible, tipicas melodías francesas grotescas y banales. Y lo que es más bochornoso, carente de ningún sentido. Es como si Miguel Induraín se pone a jugar al fútbol y le ofrecen contrato en el Real Madrid (otro bochorno de equipo, por cierto), no hay sentido en esta pésima cinta.

Luego vamos al ritmo, no me aburría tanto desde aquella nochebuena que pasé sólo en mi casa viendo por la televisión una gala de Rafael. Al menos cené agusto.

En fin señores, no la vean, y si ya lo han hecho, rompan con desazón el Dvd de este engendro fílmico o tírelo al jardín de su patético vecino (el 90% de los vecinos son patéticos, en mi caso el 100%).