Media votos
7,0
Votos
324
Críticas
274
Listas
0
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de Miguel Moreno:
7
26 de febrero de 2013
Sé el primero en valorar esta crítica
Debo empezar diciendo que la ópera prima de McDonagh no me gustó. No supe verle la combinación de comedia divertida y grotesca. Quizá se me atragantó Farrell, quizá esperaba otra cosa. Lo único que me cautivó de In Bruges fue su fastuosa ciudad, no ví la gran película que muchos veían. Sin embargo, en Siete psicópatas sí me he divertido, y mucho.
Dicen que si mezcla lo mejor de Tarantino con personajes surrealistas, situaciones absurdas y un humor muy negro. Es muy posible, la verdad. Otros opinan que es una mala fotocopia del director de Knoxville. Pues bien, yo opino que si sus futuros trabajos son tan divertidos como éste, bienvenidos sean, señor McDonagh, sin entrar en comparaciones. Si bien es cierto que llega un punto en el que todo deja de tener sentido (y es la mejor baza del film), el trabajo de veteranos como Walken, y la superlativa interpretación de un inmejorable Sam Rockwell vuelven a tomar las riendas de esta loca historia. Mención especial con un Woody Harrelson con el que literalmente te verás obligado a reírte a punta de pistola en los momentos finales. Desde aquí, vuelve, Woody!
Una trama que es una auténtica montaña rusa del absurdo, unos personajes absolutamente pasados de rosca y situaciones tan inverosímiles como grotescas, todo ello salpicado de sangre y viloencia abundante. McDonagh se deja llevar por el exceso y encuentra su redención conmigo, pues ahora sí le tengo que aplaudir. Si bien es cierto que llega un punto en el que nos planteamos qué estamos viendo, y ciertos bajones de ritmo durante el metraje hacen tambalearse la propuesta, los momentos finales lanzan Siete psicópatas al estrellato de la comedia negra durante breves instantes. McDonagh repite la misma fórmula que In Bruges, sólo que al cubo, y en este contexto sienta a las mil maravillas.
Perros secuestrados, asesinos de asesinos en serie, guionistas bloqueados, muchos tiros, leyendas urbanas hechas realidad y humor negro. Una apuesta segura para los amantes de este tipo de cine. Eso sí, y es mi mejor consejo: no os rompáis demasiado la cabeza y simplemente dejaos llevar en el psicotrópico viaje que propone el director irlandés. Pasarás un buen rato ante todo, que es de lo que se trata. No conviene devanarse demasiado los sesos. Al fin y al cabo, es una película sobre psicópatas. Esto es una juerga, hemos venido a reirnos. Te lo recordarán constantemente todos y cada uno de los locos que nos cuentan la historia.
Lo mejor? sin duda, un estupendo Rockwell acompañado de Walken y un inmenso Harrelson.
Lo peor, es que algunos no le verán la maldita gracia por ningún lado. A mi me pasó, pero no precisamente con ésta. Farrell me sigue sin convencer.
No intentéis tomarla en serio, y sólo así la disfrutaréis al cien por cien.
Dicen que si mezcla lo mejor de Tarantino con personajes surrealistas, situaciones absurdas y un humor muy negro. Es muy posible, la verdad. Otros opinan que es una mala fotocopia del director de Knoxville. Pues bien, yo opino que si sus futuros trabajos son tan divertidos como éste, bienvenidos sean, señor McDonagh, sin entrar en comparaciones. Si bien es cierto que llega un punto en el que todo deja de tener sentido (y es la mejor baza del film), el trabajo de veteranos como Walken, y la superlativa interpretación de un inmejorable Sam Rockwell vuelven a tomar las riendas de esta loca historia. Mención especial con un Woody Harrelson con el que literalmente te verás obligado a reírte a punta de pistola en los momentos finales. Desde aquí, vuelve, Woody!
Una trama que es una auténtica montaña rusa del absurdo, unos personajes absolutamente pasados de rosca y situaciones tan inverosímiles como grotescas, todo ello salpicado de sangre y viloencia abundante. McDonagh se deja llevar por el exceso y encuentra su redención conmigo, pues ahora sí le tengo que aplaudir. Si bien es cierto que llega un punto en el que nos planteamos qué estamos viendo, y ciertos bajones de ritmo durante el metraje hacen tambalearse la propuesta, los momentos finales lanzan Siete psicópatas al estrellato de la comedia negra durante breves instantes. McDonagh repite la misma fórmula que In Bruges, sólo que al cubo, y en este contexto sienta a las mil maravillas.
Perros secuestrados, asesinos de asesinos en serie, guionistas bloqueados, muchos tiros, leyendas urbanas hechas realidad y humor negro. Una apuesta segura para los amantes de este tipo de cine. Eso sí, y es mi mejor consejo: no os rompáis demasiado la cabeza y simplemente dejaos llevar en el psicotrópico viaje que propone el director irlandés. Pasarás un buen rato ante todo, que es de lo que se trata. No conviene devanarse demasiado los sesos. Al fin y al cabo, es una película sobre psicópatas. Esto es una juerga, hemos venido a reirnos. Te lo recordarán constantemente todos y cada uno de los locos que nos cuentan la historia.
Lo mejor? sin duda, un estupendo Rockwell acompañado de Walken y un inmenso Harrelson.
Lo peor, es que algunos no le verán la maldita gracia por ningún lado. A mi me pasó, pero no precisamente con ésta. Farrell me sigue sin convencer.
No intentéis tomarla en serio, y sólo así la disfrutaréis al cien por cien.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Todo el tramo final con un completamente pasado de rosca Sam Rockwell, y un no menos pasado Harreslon resulta hilarante. la historia del personaje de Walken es tan divertida como sombría.
Una auténtica locura de principio a fin. Ah, no os perdáis la escena final tras unos breves créditos.
Momento memorable: toda la historia que se marca Rockwell en el desierto ante la atónita mirada de sus compañeros, ataviado con ese gorro imposible. Imperdible.
Una auténtica locura de principio a fin. Ah, no os perdáis la escena final tras unos breves créditos.
Momento memorable: toda la historia que se marca Rockwell en el desierto ante la atónita mirada de sus compañeros, ataviado con ese gorro imposible. Imperdible.