Hay un logro máximo en esta película: el mismísimo personaje de Mrs. Henderson, interpretado memorablemente por Judi Dench. Toda la película está en función de ella y puede que en el intento Frears se haya olvidado de contar un cuento más redondo. No importa, el film tiene la gracia de los clásicos del musical, destila ingenio y hasta humor pleno de principio a fin, engatusa con sus coristas desnudas, recuerda días de guerra a través del ojo del teatro.

Stephen Frears está obsesionado con los códigos y las ilusiones de clases. Las suyas son películas corales en que alguien destaca, sin proponérselo demasiado, por una pasión indecorosa. Pero yo diría que es más feliz artísticamente (y más irónico) cuando anda entre aristócratas. Compárese su portentosa "Relaciones peligrosas" con su indigesta "Mi hermosa lavandería".