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Voto de Juan Ignacio :
10
Drama. Romance "No amarás": Tomek es un muchacho de 19 años que está locamente enamorado de Magda, una mujer mayor que él. Son vecinos, pero ella ni siquiera repara en su existencia. Sexto de los diez mediometrajes que constituyen el llamado "Decálogo", que se inspira los Diez Mandamientos. Este episodio es una versión de la película "No amarás", de 1988, realizada por el mismo equipo. (FILMAFFINITY)
14 de diciembre de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tomek, un joven de 19 años que trabaja como funcionario en una oficina de correos, pasa casi todo su tiempo libre espiando, por medio de un catalejo, a Magda, una mujer, de unos 35 años, que vive en el edificio de enfrente.

Sexto capítulo de la serie 'Decálogo' que Krzysztof Kieslowski dirigió para la televisión pública polaca.

Aunque el núcleo de este mediometraje sea el enamoramiento, que no el amor, hay un elemento que une las vidas de los tres protagonistas, Tomek, Magda y la madre del amigo de Tomek (este personaje más secundario) con quien convive en la casa de ésta; que es la soledad, la cual será determinante en sus respectivos comportamientos. Tomek, vive aislado, sin familia ni amigos, se crio en un orfanato y ahora habita en la casa de su amigo Marcin que se ha ido a Siria en una misión de los cascos azules. Magda vive sola, ha tenido alguna pareja, como en la actualidad, y muchos encuentros sexuales. La madre del amigo de Tomek (de la que no llegaremos a saber su nombre), que según ella misma no puede vivir sola, es una mujer posesiva, lo ha sido como madre (lo que, seguramente, ha provocado la marcha de su hijo a Siria), y ahora ha acogido al amigo de su hijo con quien ejerce el mismo papel.

Tomek no solo ha heredado de Morcin su habitación, sino también la costumbre de espiar, en plan voyeur, a Magda. Morcin lo hacía con unos prismáticos, Tomek se ha refinado y lo hace con un catalejo con trípode, que ha robado. Lo que fue un entretenimiento, ver los frecuentes encuentros sexuales de la mujer con hombres en su casa, se ha convertido en una auténtica obsesión, en un acoso a distancia. Aquí tenemos al enamoramiento como 'acto impuro' referido en el sexto mandamiento. Kieslowski, con su ironía habitual, nos hace ver que lo impuro no es la hipersexualidad de Magda, sino la casi enfermiza obsesión del joven por ella, quien, como cualquier enamorado, termina idealizando a la persona amada. Cuando Magda, mujer veterana en cuanto al sexo, tiene la oportunidad de enfrentarse cara a cara con su admirador molesto, y virgen; con cinismo y desprecio, bajará de su nube a este, quien, lleno de frustración, tomará una drástica decisión. Sin embargo será en ese momento cuando los papeles se inviertan, pasando el acosador a ser acosado, aunque él no lo llegue a saber (la absorbente madre de Morcin lo impedirá). Magda se verá entre el remordimiento y el sentimiento ante la nobleza del muchacho, y, sobre todo, se sentirá, por primera vez, querida por alguien, aunque sea por un joven molestamente obsesionado con ella. Y eso es, en definitiva, lo que Kieslowski nos quiere transmitir, que el amor solo se puede dar de esa manera irreal e 'impura', es decir, dentro de una especie de locura.

De este mediometraje se hizo el largometraje titulado en España 'No amarás', ambos se diferencian en varios aspectos, pero, sobre todo, en el final. La conclusión de la obra que nos ocupa se ve real y acorde con lo que la historia ha ido transmitiendo; el final del largometraje difiere totalmente de este, Kieslowski lo rodó siguiendo los deseos de la protagonista, Grazyna Szapolowska, convirtiendo a aquel, con su lirismo y poesía, en un cuento de hadas.

A mi juicio, el mejor episodio de la serie, una obra de arte, no encuentro que le falte ni sobre nada, todo es normal, a la vez que profundo, dentro de la complejidad de aquello que se nos narra, sin ambigüedades, ni artificio alguno, sin trampas en el guion, pura maestría, en la que entra la música, siempre escueta y precisa, y en esta ocasión llena de romanticismo (solos de guitarra, violoncelo y piano) de Zbigniew Preisner.
Juan Ignacio
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