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Voto de Juan Ignacio :
8
Drama Alain Leroy, un francés alcohólico, casado con una americana, está a punto de terminar un tratamiento de desintoxicación en una clínica privada. Antes de enfrentarse de nuevo a la vida cotidiana decide visitar a las personas a las que estuvo vinculado en el pasado. (FILMAFFINITY)
24 de agosto de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alain Leroy, un hombre de unos 35 años, después de haber estado ingresado en una clínica de desintoxicación de alcohol. en Versalles, durante 4 meses, pasa su primera noche de permiso fuera de la clínica (en realidad ya ha sido dado de alta) en la habitación de un hotel con Lydia, una amiga común de él y su mujer, Dorothy, en Nueva York, donde los tres residían hasta que él volvió a Francia para su tratamiento; sería Dorothy quien pagase los gastos de la cura de rehabilitación. Desde ese momento asistiremos a las siguientes 24 horas de la existencia de Alain, deprimido severamente porque no ha recibido respuesta de su mujer, ni piensa que la vaya a recibir, a la decisiva y última carta que él le envió.

Película dirigida por Louis Malle, con guion propio basado en la novela homónima de Pierre Drieu La Rochelle, inspirada en la vida del escritor dadaísta Jacques Rigault.

Louis Malle, que cuando dirigió esta película estaba a punto de cumplir los 30 años de edad, y ya conocía el éxito por obras anteriores, nos da una nueva muestra de una de sus principales señas de identidad como cineasta: la introspección de personajes angustiados; y lo hace de una manera, solo en apariencia, sencilla, al tiempo que magnífica: sin artificio ninguno, sin recalcar nada, señalando tan solo levemente un pensamiento o acción concreta y haciéndola entender perfectamente al espectador.

Alain Leroy nos muestra su desolación, más que eso, su profundo abatimiento al saberse abandonado por la mujer que adora y a quien ha perdido por causa del alcohol; y Malle nos enseña cuál era el mundo de su protagonista antes de que partiera al país de su mujer con ella, y al que regresa ese lluvioso 23 de julio cambiado tras haber rehusado a su hábito que tanto daño le hizo en todos los aspectos. Mundo que por una parte añora, pero que por otra desprecia profundamente ahora que ya está totalmente fuera de él y de vuelta de todo.

Asistiremos brevemente a su casi total aislamiento en la clínica, y, después, una vez ya en París, al recorrido que hace encontrándose con viejos amigos y conocidos, gente variada, pero perteneciente a una burguesía que Louis Malle aprovecha para criticar de forma elegante, pero firme, como hizo tantas veces a lo largo de su carrera. Entre esa colección de personajes, aparte de algún barman de alguno de los bares que frecuentaba y a los que regresa ahora abstemio, hay dos de ellos que se salen de clase social y algo más, los dos terroristas de la OAS con quienes charla en la terraza de un bar; el grado de afinidad que Alain tuvo con esos dos individuos no nos quedará claro, si fue solo personal o también ideológico, pero la duda, y el hecho de que Alain Leroy participase en la guerra de Argelia como oficial, es un elemento con el que el director quiere marcar diferencias con el movimiento de la 'Nouvelle vague' con el que nunca se identificó, ni quiso que se le identificase.

Los extractos musicales de Erik Satie y la fotografía de Ghislain Cloquet engrandecen aún más esta obra.

Película para saborear un excelente cine.
Juan Ignacio
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