24 de enero de 2018
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Vincent Mackenna es un hombre jubilado, gruñón, que vive tranquilamente en su casita del neoyorquino barrio de Brooklyn. Tiene deudas (su mujer, Sandy, padece alzheimer, y Vincent la tiene internada en una residencia de lujo) y sus únicas actividades son el bar, el hipódromo y el club de striptease donde trabaja Daka, una prostituta rusa, ahora embarazada, que es su única amiga. Su rutina habitual se verá alterada con la llegada a la casa de al lado de Maggie, una mujer divorciada que tiene que trabajar muchas horas al día, y su hijo, Oliver, de unos 12 años.
Comedia con tintes dramáticos, muy sentimental, situaciones ya vistas y previsibles, pero que sorprende, y con bastante agrado, por la perfecta composición de todos los personajes, la precisa conjunción entre ellos, las jocosas y tiernas situaciones que se van sucediendo, por sus brillantes diálogos, dinamismo, por no dejar al espectador dejar de disfrutar a cada instante. El novel Theodore Melfi firma tanto el guion como la dirección; y la excelente interpretación de sus cuatro artistas protagonistas, lo que dice mucho a favor de Melfi también como director de actores, es otro motivo más que hace que este producto sea altamente recomendable.
Un producto para la diversión, sí, un cuento si se quiere, puro entretenimiento, sensiblero; pero muy bien hecho, sin ningún error, y donde, de principio a fin, todo encaja a la perfección.
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