Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Juan Ignacio :
6
Drama Polonia, 1960. Anna (Agata Trzebuchowska), una novicia huérfana que está a punto de hacerse monja, descubre que tiene un pariente vivo: una hermana de su madre que no quiso hacerse cargo de ella de niña. La madre superiora obliga a Anna a visitarla antes de tomar los hábitos. La tía, una juez desencantada y alcohólica, cuenta a su sobrina que su verdadero nombre es Ida Lebenstein, que es judía y que el trágico destino de su familia se ... [+]
31 de marzo de 2014
4 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me resulta difícil calificar esta película, cuya acción se desarrolla en Polonia a comienzos de los 60, en sí bella y de gran factura, debido a dos circunstancias. En primer lugar porque se trata no ya de cine religioso, sino de cine religioso militante, para ser más claro, la historia es de un ultracatolicismo desbordante. En segundo lugar quiero destacar, por inadecuado, el formato, 4:3 matizando el espacio por encima de las figuras sin saber por qué. Son los dos grandes lastres de esta obra.

La historia parece, en un principio, original; una novicia que en pocos días va a tomar sus votos y descubre que es judía. Quien le da la noticia es su tía, de la que la joven Ida no tenía ni constancia de su existencia, que es su antítesis, pues, a su catolicismo de joven monja que en su vida ha salido de su convento, se enfrenta el ateísmo de quien fue estalinista, mientras pudo, y que aprovecha cualquier ocasión para atacar la fe de su desamparada sobrina. El argumento también incluye el hecho de querer conocer ambas, tía y sobrina, el paradero de los cuerpos de los padres de Ida y el hijo de Wanda, la tía, que fueron asesinados durante la Segunda Guerra Mundial.

El enfrentamiento entre materialismo y religión es muy maniqueo en esta película, llegando a un final que llega a causar vergüenza ajena, y que riza el rizo del proselitismo católico de lo que se nos muestra.

El ambiente, con su brillante fotografía en blanco y negro, está muy bien conseguido logrando una meritoria belleza plástica; junto a la interpretación de Agata Kulesza (Wanda) es lo mejor de esta obra.
Juan Ignacio
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow