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Voto de Juan Ignacio :
8
Western El azar obliga a un pobre campesino a sustituir al sheriff para escoltar a Ben (Glenn Ford), un peligroso delincuente, que es, además el jefe de una banda de temibles forajidos. Tras cometer un asesinato, Ben es apresado y escoltado hasta un pueblo, por donde pasa el tren que debe llevarlo a Yuma (Arizona) para ser juzgado. Mientras tanto, su banda prepara su rescate. (FILMAFFINITY)
18 de noviembre de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alrededor de 1880. Ben Wade (Glenn Ford) al retrasar su huida por los encantos de Emmy (Felicia Farr), cantinera, cuando sus hombres ya se habían alejado del poblado, es detenido en Bisbee, un pequeño lugar de Arizona, tras atacar junto a su banda a una diligencia para robar el oro que esta transportaba. La única manera de ponerle en manos de la justicia antes de que su cuadrilla regrese a rescatarle es sacarle de allí y llevarle a Yuma en el tren que parte de Contention al día siguiente a las 3:10. Dan Evans (Van Heflin), un vaquero, casado, con dos hijos, y con su economía en precario debido a los gastos que le ocasiona la alimentación de su ganado por la larga sequía, será quien acepte, por 200 dólares, acompañar al forajido durante el trayecto ferroviario.

Elmore Leonard, prolífico escritor de novelas del Oeste, cuando comenzaba su larga carrera, escribió el relato, homónimo del título original del filme: '3:10 to Yuma', sobre el que Halsted Welles escribió el guion y Delmer Daves dirigió esta película.

Western de argumento aparentemente sencillo, pero muy bien desarrollado por un excelente guion, que aborda grandes conceptos para el ser humano, sobre todo el del honor, también la lealtad, el amor, el miedo, la soledad y la familia, entre otros.

Rodada en blanco y negro, cuando ya casi todas las películas de su genero se hacían en color, Daves pone en escena una historia a la que dota de sobriedad y tensión (esta última hace pensar al espectador en 'Solo ante el peligro'), y, al tiempo, de cierto romanticismo. La mujer resulta muy bien tratada en esta obra, con absoluto respeto, algo que no debería de ser necesario destacar, pero tratándose de un género en el que solo suele aparecer como quien da reposo al héroe creo que sí debe hacerse. La secuencia de la relación entre Ben y Emmy, aunque poco creíble resulta bonita, no ya por el tinte romántico, sino por mostrar la dolorosa soledad en que se encuentra el bandido, así como la de la tabernera; y el papel de Alice Evans (Leora Dana) es reconocido en lo que merece como mujer abnegada.

El honor es el tema central de esta composición, y no solo el de Dan, un hombre que se ve obligado a jugarse la vida por las circunstancias crematísticas que le acosan cuando a la vez es tentado por el atracador y homicida a quien debe custodiar, sino también el del propio Ben como se verá al final.

En el aspecto técnico destacar el montaje y la fotografía. Al Clark fue un ilustre montador, cinco veces nominado a los premios Oscar. Charles Lawton Jr., como director de fotografía, llegó incluso a utilizar unos filtros rojos en las lentes de sus cámaras para conseguir un aspecto aún mayor de sequedad en el terreno, si bien, en el juego de sombras, y puede que no sea culpa suya, al menos en su totalidad, en varias ocasiones hay fallos de continuidad, téngase en cuenta que el público en todo momento sabe la hora en que se van sucediendo los hechos.
Juan Ignacio
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