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Voto de YonBurgoa:
5
Thriller. Fantástico. Acción Mientras el gobierno de EE.UU no tiene claro cómo responder a una visita alienígena a la Tierra con intenciones malignas, Amanda 'El Muro' Waller (Viola Davis), la líder de la agencia secreta A.R.G.U.S., ofrece una curiosa solución: reclutar a los villanos más crueles, con habilidades letales e incluso mágicas, para que trabajen para ellos. Sin demasiadas opciones a dar una negativa, los ocho supervillanos más peligrosos del mundo ... [+]
7 de agosto de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las expectativas estaban sobre la mesa. Una rocambolesca máquina desplegada en torno a la industria de DC con la que nos intentaron vender la moto de que ahora sí o sí iban a plantar cara a la todopoderosa Marvel. Incluso en ese alarde de chulería, el cineasta David Ayer se jactaba ante Stan Lee de haberles ganado el pulso cinematográfico. Y no ha sido así. Lamentablemente, DC Comics ha vuelto a sumirse en el caos de sus propios errores, el de verse solo el ombligo y olvidarse del fondo (unos increíbles cómics con grandes personajes) que sustenta su plataforma. Escuadrón suicida no ha pasado la prueba. Una ristra de errores sobre errores han hecho que la película, que prometía un lavado de cara para la firma, de malos malísimos haciendo algo bueno, quedase como una reunión descafeinada de superhéroes en la que no se exprimió al máximo sus virtudes, que las tenían y pedían. Y aunque DC Comics y Warner Bros. trabajan sobre seguro en su secuela, así como en La liga de la justicia, germen lógico por otra parte, la experiencia ha hecho que cojamos estos futuribles proyectos con pinzas. Pero también que los veamos con miedo a nuevos pinchazos que hagan que dudemos de si es bueno o no llevar grandes historias del cómic al cine para que acaben olvidadas, criticadas y renegadas de su origen.

El gobierno de los Estados Unidos tiene que responder ante la amenaza de una posible visita alienígena a la Tierra. Para conseguir ganar esta nueva batalla, Amanda Waller (Viola David, Cómo defender a un asesino) recluta a los peores villanos del panorama: Deadshot (Will Smith, Focus), Harley Quinn (Margot Robbie, El lobo de Wall Street), June Moone, aka Encantadora (Cara Delevingne, Ciudades de papel), Diablo (Jay Hernández, Nashville), Capitán Boomerang (Jay Courtney, Divergente), Slipknot (Adam Beach) y Killer Croc (Adewale Akinnuoye-Agbaje, Perdidos), que bajo el mando del oficial Rick Flag (Joel Kinnaman, The Killing) y su guardaespaldas Katana (Karen Fukuhara), han de hacer frente a un poderoso enemigo que amenaza con destruir Midway City. Una misión suicida en pantalla con la que poder limpiar sus expedientes pero que no han hecho sino emborronar más. Unas pizcas de locura, que debiera ser más, algunos momentos hilarantes, una increíble selección musical (Queen, AC/DC, Sweet, Eminem, Creedence Clearwater Revival o Animals, entre otros) y un intento de aliciente en manos de un villano como el Joker (Jared Leto, Dallas Buyers Club), que busca recuperar a su querida Harley Quinn a costa de lo que sea, pero que se ha olvidado de la esencia de su personaje y que no ha borrado la huella que dejaron Nicholson y Ledger.

David Ayer tuvo ante sí la oportunidad de hacer algo grande, y más que seguro que su intención era buena, pero las decisiones de recortar metraje y realizar un montaje distinto al previsto al que le falta el clásico inicio-nudo-desenlace que se entienda y ponga en situación al espectador han hecho que todo se fuera al traste, inclusive la imagen del propio Ayer, al que matamos sin cometer crimen de envergadura. Queda claro que es una película de superhéroes con sus momentos, como todas, pero que no deja satisfecha del todo. El peso de Marvel se nota tanto como la esencia perdida de los cómics de DC. Salvando los muebles, como pasa tantas veces, están las acciones del elenco, como Will Smith, a quien el papel de malo parece rejuvenecerle, Cara Delevingne, que se muestra como una actriz en ciernes que, sin embargo, debe darle más a su doble personalidad, y Margot Robbie, con cierta importancia en la trama, dejando la impronta de su personaje del cómic en la cinta. No así Jared Leto, cuyo Joker parece tener más filón en las apariciones de dos minutos en los tráilers que en las dos horas de Escuadrón suicida. DC Comics no se puede permitir estas fugas de material e ideas a costa de querer competir al nivel de Marvel, y menos si para intentarlo hay que romper los moldes que cimientan los cómics. Ayer ha conseguido romper el dique, como amenazaba Led Zeppelin, y ya no tiene sitio donde quedarse dentro del mundo de los superhéroes.
YonBurgoa
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